miércoles, 1 de mayo de 2019

VIVA HONDURAS

PUBLICADO EL MARTES 30 DE ABRIL EN LA VERDAD

Acabáramos: llevo tal lío entre las elecciones y "Supervivientes", que creo que el domingo voté por Pantoja al Congreso. La culpa no es de servidora, que conste, sino de la coincidencia en el tiempo de dos episodios nacionales de enorme trascendencia: las elecciones generales y el regreso de Pantoja a su cadena enemiga. Y quieren ustedes que yo esté mejor de lo mío. Pues así no hay manera. 

La vuelta de Pantoja a Telecinco es un hecho con precedentes: tras las Guerras del Tomate, Isabel firmó la paz con la cadena cuando fue a recoger a su hijo Kiko a "Supervivientes". Aquella noche, Vasile le envió un ramo ramo de rosas rojas con una nota que decía "Por fin", y aquel ramo le asfaltó el camino hasta llegar a presentar las campanadas con Jorge Javier VázquezLa tregua duró años pero, desafortunadamente, tras la salida de la cárcel ocurrió el "Sisigate", y se desencadenó una guerra infinita entre Pantoja y Jorge Javier. Sin embargo, como no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista ni milagro que la chequera de San Paolo no consiga, el jueves pasado las dos divas volvieron a hablar conexión vía satélite mediante. Y aquí paz y después gloria. 

Y si este reencuentro fue grande, el de Pantoja y Chelo García Cortés fue apoteósico. Tras cinco años sin hablarse, Isabel y la periodista se abrazaron. Y aquello fue como ver caer el muro de Berlín. Fue Historia de España. Con mayúsculas. Si están ustedes opositando y no lo vieron, mal hecho, porque va a ser pregunta obligada de examen, ya se estén preparando para registrador de la propiedad o para policía local, a saber: Los Pactos de Cayos Cochinos. Antecedentes, origen del distanciamiento, la firma del tratado, consecuencias. Están tardando en ponerse a estudiar.

Lo de Pantoja en "Supervivientes", pactos de estado aparte, es la mejor y más loca campaña para ganarse al respetable que hemos visto jamás. Tras blanquear capitales, ahora Pantoja va a blanquear su imagen pública, que no su pelo (el único privilegio que ha pedido es que le dejen llevarse el Farmatint a la isla para poder teñirse las canas). Y en ello está: para conseguirlo, Pantoja no ha dudado ni en tirarse al barro ni en tirarse al cuello de algunos de sus compañeros, mirada laxante incluida. La mirada les va a venir de perlas, por aquello de los problemas de estreñimiento. Y que viva Honduras.  



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