miércoles, 24 de febrero de 2016

GORDAS

PUBLICADO EN LA VERDAD EL 23 DE FEBRERO DE 2016

Si la alegría dura poco en la casa del pobre, en la casa de la gorda ya ni les cuento: leo en la portada de una revista que se llevan las curvas, y yo, con ese grande gozo en el alma que da encontrar un rayo de esperanza entre tanto pollo piña y tanto brócoli hervido, me lanzo a por ella para comprobar si es verdad que ya no me tengo que preocupar por estar hecha un truño, que este año el vacaburrismo es el nuevo negro, que voy a poder desparramarme por las playas del Mar Menor sin que me de un ataque de ansiedad y que al fin podré comerme un trozo de pizza sin que me sienta más culpable que el toro que mató a Manolete. Acabáramos: ponen como ejemplo de gordas a Salma Hayek, Jennifer López, Kate Winslet, Christina Hendricks y Beyoncé. Y miro mi culo de geometría variable y lo comparo con el de la Beyon, que dicen en “Los Gipsy Kings” (ese programa que hay que ver con las gafas de sol puestas para que los brillos y los doraos no te quemen la retina) y me dan ganas de extraerme mi propia grasa, pero para ahogarme con ella. Y me enfundo una falda lápiz para imitar el estilo de la López cuando va disfrazada de señora, y la falda lápiz se convierte en una falda rotulador, pero de los de escribir pancartas. Y me coloco un escote de vértigo a lo Salma Hayek y estoy más ordinaria que Carmen de Mairena comiendo un kebab.

No me jodas, hermana: si esas tías están gordas, yo estoy para que me proteja Greenpeace. Por lo de ballena, digo. Agárrate que vienen curvas, sí, pero lo de ellas es autopista hacia el cielo y lo mío carretera al infierno. Que vas a comparar esas marmóreas venus de Praxíteles con mis últimos días de Pompeya. Que me vas a decir tú a mí que esas tipas exuberantes, explosivas, jamonas y buenorras son unas ceporras comedoritos. Que me haces salivar contándome milongas sobre el poder de las mujeres reales para luego mostrarme un Olimpo de semidiosas. Amos, anda y que te ondulen, que yo ya vengo ondulada de casa. Y mucho. Porque, según ese criterio, si ellas son curvy, yo soy lorzy. Y hasta hipopótami.



Aquí, la gordi. Si me pongo yo eso, parezco un botillo del Bierzo 

miércoles, 17 de febrero de 2016

INFOXICADA

PUBLICADO EN LA VERDAD EL 16 DE FEBRERO DE 2016

No sé cómo lo hacen ustedes. Lo de ser tan listos, digo. Lo de leer ensayo, novela, poesía y cosas varias, digo. Lo de ver tantas pelis y tantas series, digo. Lo de no perderse ni una inauguración, ni una exposición, ni una conferencia, digo. Porque yo no llego a todo: cuanta más información recibo, más me agobio y menos comprendo. Y no he desfasado tanto de joven como para tener el cerebro más agujereado que las medias de Madonna, que viví los ochenta y todavía me acuerdo, pero ahora tengo la misma capacidad de atención y de discernimiento que Belén Esteban en una reunión de la RAE: cero.

Vivo en un estado permanente de bulimia mental: ingiero información y la vomito. No retengo nada; líquidos, lo único (y sólidos, que me estoy poniendo hecha un manatí). Leo que esta sobrecarga informativa se llama “infoxicación”: incapacidad de análisis eficiente de un flujo de información elevado. Así estoy yo, infoxicada, como Marta Sánchez, que le preguntaron “Un resultado para el partido de esta noche” y ella contestó con un “Yo de política no hablo”. Te entiendo, Marta, como Mariano Rajoy entiende a Esperanza Aguirre: yo he acabado creyendo que las ondas gravitacionales eran los pelos de Beyoncé en la Super Bowl, que se lían las informaciones en mi cabeza como los hilos en una caja de costura. Y salto de una noticia a otra sin red, que a ver quién se resiste a los titulares de algunos periódicos, tan increíbles que parecen de “El Mundo Today”, tan escandalosos que han convertido las viejas portadas del “Pronto” y sus “Le salen los dientes a los 107 años” en periodigno. Y me lío otra vez porque no hay forma de desinfoxicarse: la complejidad de información se ha convertido en una nueva forma de ignorancia; la inmediatez de la comunicación nos impide reflexionar, pararnos, pensar, y nuestra capacidad crítica se limita a escribir un tuit poniendo a parir a alguien (con un hashtag ingenioso, eso sí, que el hecho de que una sea una burra hay que llevarlo en secreto, como las hemorroides). Lo dijo Ramón y Cajal: “Todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Me temo que estoy esculpiendo un cerebro tan horripilante que será digno de ponerse en una rotonda. Por si no hubiera ya bastantes.



Gracias, @covanechi, por la portada de PRONTO



miércoles, 10 de febrero de 2016

LA ESCRIBIDORA

PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 9 DE FEBRERO DE 2016

“Eres una gran narradora”. Ése es el piropo que más le ha gustado a Isabel Preysler de todos los que le ha dicho Vargas Llosa. Ni estás más buena que el pan, ni tanta carne y yo en cuaresma, ni pisa fuerte morena que paga el ayuntamiento, no: eres una gran narradora. Y es verdad que lo es. Tan grande que lleva cuarenta años contándonos su vida en las revistas y aún no nos hemos cansado de leerla.

Pero Preysler no se levanta a las cuatro de la mañana para escribir como hace Murakami, ni mete los pies en un barreño de agua helada a la manera de Schiller, ni fuma para encontrar adjetivos como hacía Pla, que su lista de calificativos se limita fenomenal, ideal y estupendo. Tampoco cultiva el realismo visceral de Ulises Lima y su pandilla de detectives salvajes y ficticios, ni el realismo sucio de Raymond Carver, ni siquiera el realismo mágico de García Márquez. Isabel practica el “realismo ideal”, un movimiento literario basado en la retórica de la exclusiva donde todo es monísimo y finísimo, donde le das la vuelta a tu vida hasta que se convierte en lo que has soñado. En el realismo ideal (también llamado “realismo photoshop” por algunos críticos) no existen las arrugas, ni los michelines, ni la flacidez; no se compra en los chinos, no se secan las plantas, no te quedas sin batería en el móvil, no te quemas la lengua con el café, no se acaba tu serie favorita y no se termina el papel higiénico en el peor momento. En el realismo ideal cenas con el Príncipe de Gales, te pagan por lucir diamantes, meas colonia, eclipsas a las estrellas de cine en los Goya y das una lección de photocall a todas las actrices que se descoyuntan enseñando pierna y poniendo morritos.


El talento literario de Preysler no ha de sorprendernos: la filipina siempre se ha escrito a sí misma, viviendo del cuento mucho antes que el escritor peruano. Pero ahora que Isabel y Mario están juntos, convertidos en una pareja de literatos como Mary y Percy Shelley, Dashiell Hammett y Lillian Hellman o Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, las influencias de uno en el otro comienzan a notarse: Mario ha declarado a la revista literaria ¡HOLA! que está fenomenal, en una etapa estupenda, muy bonita. Definitivamente, Vargas Llosa se ha adherido al idealrrealismo. Amárrame esos pavos.  



miércoles, 3 de febrero de 2016

POLÍGAMOS

PUBLICADO EL MARTE 2 DE FEBRERO DE 2016 EN LA VERDAD

Hoy es el día. El día de la marmota o el de los enamorados, según salgan o no los lideresos de ver al Rey con encargo de formar gobierno. Veremos. Decía Alejandro Dumas que el matrimonio es una cadena tan pesada que para llevarla hace falta ser dos, y a menudo tres. No sabemos aún ni cuántos ni quiénes van a tener que llevar la pesada cadena de la gobernanza de la nación, pero tampoco sabemos si tendrán el “savoir faire” de los franceses para hacerlo. O el de los brasileños, que en Río de Janeiro, donde las uniones poliafectivas se equiparan a las de hecho, se han casado tres mujeres. Y tan contentas.

Aquí, en cambio, mientras que Rajoy se queda solo porque nadie quiere bailar con las más fea, a Sánchez le sobran pretendientes; será por la sonrisa blanca de su esperanza. El problema es que las parejas de baile de Sánchez no le gustan a sus compañeros de partido: el pobre Antonio Hernando, con sus gafas de Corbacho, intentando convencernos a todos de que no hay nada más lindo que la familia unida y los barones despachándose a gusto por lo bajini y por lo altini, con Susana Díaz sin ver de ninguna manera un gobierno de coalición con Podemos y Fernández Vara diciendo que si no dejan claro que no son independentistas, en Extremadura los matan. El PSOE hecho migas (extremeñas). Los Matamoros, al lado de los socialistas, son la familia Ingalls.


Y es que si lo del poliamor es complicado, lo del poligobierno ya es de nota. Que nos hemos vuelto todos muy modernos, y muy guays, y muy por los pactos, y muy de Birgitte Nyborg, pero hay que recordar que esta es la España que parió “Escenas de matrimonio” no hace tanto tiempo, que llevamos el cazurrismo infiltrío en la masa de la sangre y que así no hay manera ni de pactar ni de gobernar ni de ná. No hay nada nuevo bajo el sol: intereses personales anteponiéndose al interés general. Como si fuera la primera vez. Que no quieren hacer un debate sobre sillones, dicen. Me rulo. Y nosotros aguantando mecha. Lo escribía el maestro Alcántara: “Son muchos los que dicen encontrarse en excelente disposición para sacarnos del atasco en el que ellos nos han metido”. Pues eso. Que lo demuestren. Que nos saquen. Que menos samba e mais trabalhar.