viernes, 27 de julio de 2007

Me voy de trabajo

Sí, sí, ustedes se van de vacaciones y yo me voy de trabajo. Ya lo decía mi madre, que las amas de casa no tienen vacaciones ni durante las vacaciones, pero es que esto es peor: me voy a una casa más pequeña, con vecinos (ARJL!), sin secadora, sin Canal Plus digital y sin chica (doble ARJL!!!!): la liberación de las mujeres occidentales pasa por el hecho de que las mujeres del tercer mundo dejen de cuidar a sus hijos para cuidar de los nuestros. Bonito, ¿eh?. Pero el caso es que no saben ustedes (o a lo peor sí) lo divertido que es planchar una montonera de ropa en pleno mes de agosto, con los goterones de sudor cayéndote por el canalillo -bueno, a mí no me caen porque yo no sudo-. Y para colmo de males me veo a la Nuria González subida en el Núfer (el super yate de Fefé) saludando a 4 tíos uniformados de la tripulación, como si fuera el Rey cuando visita un barco de la armada, mientras la chica sostiene a su última retoña en brazos. Mi Nuri sí que hizo una buena boda, y no su amiga Terelu, que va como vaca sin cencerro. Tiene que tenerle una envidia que ni les cuento.
El caso es que todas estas tipas, con sus tipos y sus tipazos, se pasan el verano subiendo y bajando del yate. ¿Y los críos? ¿Dónde están los críos? ¿Y las maletas? ¿Se tiran dos días metiendo un mogollón de ropa -esto por si llueve, esto por si refresca por las noches, esto por si me voy de cena, y luego ni llueve, ni refresca, ni te vas de cena- en una maleta que después no se puede cerrar? ¿Cogen la bici, el cubo y la pala, los biberones, los pañales, los juguetes favoritos, los DVD, el Dalsi y el Apiretal? ¿La olla pronto y el cuchillo cebollero -todo el mundo sabe que los cuchillos de las casas de las playas no cortan como los cuchillos de las casas de la ciudad, es un misterio irresoluble-? ¿Y cómo les da tiempo a estar en Sotogrande, en Ibiza y en Marbella al mismo tiempo? ¿Tienen el don de la ubicuidad? No, no, lo que tienen es chica, o mejor dicho, chicas que se lo hacen todo, absolutamente todo. Y eso sí es veranear, amigos. Por eso yo me pasa todo el año de vacaciones, con mi blog y mis diseñicos, cogiendo fuerzas para el verano. Porque lo que me espera... ¡ay, lo que me espera! Sólo les digo que me voy a Galicia con mi suegra. ¿Suficiente?

lunes, 9 de julio de 2007

Dreams, dreams, dreams

Esta noche me he soñado un capítulo entero de CSI Las Vegas. Pero no es que me haya acordado de uno, no, es que me lo he inventado enteretiquio (sí, sí, guionista y prota, que cuando una se pone, se pone). Y a las 6 de la mañana me ha dado tal cague (a Grissom se le ha escapado la rubia psicópata, y mira que yo estaba: "Grissom, que esas esposas están flojas", "Grissom, que la rubia se nos pira", pues ¡hala!, la rubia se ha pirao) que me he despertado. Pero ha sido un intermedio, porque me he vuelto a dormir y he seguido soñando hasta que he acabado el capítulo. Y eso ha sido lo mejor de todo, porque ¿cuántas veces tiene uno un sueño fabuloso, se despierta, intenta retomarlo y no puede? A mí me pasa mucho: estoy soñando algo así como de JURL, JURL, o de BOM CHICKA WAHWAH (efecto Axe) y cuando estoy en lo mejor me suena el despertador -sin comentarios- o me despierto yo solita con una mezcla de JURL y de culpabilidad. Sí, soy tan imbécil que cuando veo que la cosa se pone seria, me despierto (bonita herencia de los colegios de monjas). Me pasó con un cocinero de la tele: me entra a saco y, cuando estoy a punto de sucumbir voy y le digo "pero ¿y Luisi? ¿y tus 6 hijos?" Y me despierto. Como se lo cuento. Tonta hasta soñando. La verdad, no sé qué es más triste, si mi ataque de decencia o el que el rollo fuera con ese cocinero en cuestión (no les digo el nombre por vergüenza torera pero, evidentemente, no era Darío Barrio. Con ese a lo mejor me hubiera pasado la religión católica por la senserreta, que diría mi amiga Carmen).
Porque ese es otro tema: una sueña con hombres que en estado consciente no le ponen nada de nada. Nunca he soñado con John Cusack o con Jude Law, pero sí con tíos feos hasta la indecencia. Y ¡oh, cielos!, al día siguiente una los ve desde otra perspectiva: por ejemplo, si es un compañero de trabajo que por regla general te provoca dermatitis, cuando lo ves por la mañana te entra una especie de cosquilleo en el estómago, y lo miras, y lo remiras, y te ríes por lo bajini, y lo ves a cámara lenta y ligeramente desenfocado... hasta que tienes la primera bronca del día. Y entonces se oye el ruido de la aguja rayando un disco de vinilo, lo vuelves a ver a 12 frames por segundo y las cosquillas son sustituidas por un ataque de mala leche de los buenos. Y se restablece el orden natural.
Pero esta es la gracia de los sueños: una no puede controlar quién le va a hacer JURL, JURL mientras duerme. Me trago una maratón en Fox de Anatomía de Grey (la serie con mayor índice de doctores macizos de toda la historia de la sanidad norteamericana) y no sueño ni con Shepherd, ni con Sloan ni con Karev, no. Sueño con O'Malley. ¡Joder, si sólo por porcentaje me tenía que tocar un macizo! Pues no. Eso sí que es mala suerte. De todas formas me consuela pensar que hay gente mucho peor que yo, no se crean. Los hay que sueñan con hacer un Doble Royal. Y los hay que sueñan con Georgie Dann, como mi amiga Carol. Pero es que a ella le gusta Georgie. GLUPS!