miércoles, 29 de octubre de 2008

Festival

Mira que me matan los bloggers que comienzan un post disculpándose por no poder atender el blog en las próximas semanas debido a que:
- tienen que asistir a un congreso de escritores en Estocolmo,
- tienen que impartir un curso de guión en La Habana,
- el periódico los envía a Washington a seguir las elecciones (a esta última excusa ya le queda poco tiempo de vida).

Yo no voy a congresos (mientras no se celebre el ¡HOLA! WORLD FESTIVAL, ya me dirán ustedes), ni tengo periódico que me mande ni perrito que me ladre, ni puedo dar clases sobre guiones televisivos a pesar de mi capacidad innata para averiguar el desenlace de cada capítulo de CSI (qué quieren, es un don como otro cualquiera). Pero posiblemente no me vean mucho el pelo por aquí durante el mes de noviembre porque últimamente mi vida es un festival, en concreto el Festival de Cine de Cartagena. Así que, amigos, tendrán que sufrir sin anestesia la salida del talego de Julián Muñoz, la no boda de la Duquesa de Alba, las fotos de Paquirrín con su novia o la operación de amígdalas de Mª Teresa Campos, puesto que servidora no se va a poner a escribir a las 2 de la mañana, quitándole horas a un sueño reparador necesario para mantener intacta su legendaria belleza. Eso sí, como me decía mi madre cuando me soltaba una torta, "me duele a mí más que a ti". Pero tengo confianza ciega en ustedes y sé que podrán soportarlo. Seguro.

Durante este mes cambiaré el "Semana" por el "Cahiers du Cinéma", las matinés de AR por el cine iraní, los comentarios sobre la fauna rosa por la crítica cinematográfica, Chelo García Cortés por Carlos Boyero, "¿Dónde estás, corazón?" por "Versión española"... ya, que salgo ganando, ¿no? Pues lo mismo sí, ahora que lo pienso.

Les dejo por aquí la web del Festival (http://www.ficc.es). Está aún sin actualizar porque acabamos de cerrar la programación; la semana que viene se pasan y le echan un vistazo.

Sólo una reflexión antes de desaparecer abducida por alguna película en VOS: ¿pondrá Vasile en una urna las amígdalas de la Campos como si fueran el brazo incorrupto de Santa Teresa o, debido a los últimos índices de audiencia, las tirará al triturador de basuras? ¿Habrá aprovechado la Campos la operación para hacerse algún retoquito? ¿Por qué las leyes de la genética se ceban inexorablemente con Terelu? Dios mío, tantas preguntas y tan poco tiempo...

miércoles, 22 de octubre de 2008

Creer

Ya saben que perdí la fe por culpa de un agujero en el bolsillo de mis vaqueros y ya nunca la recuperé. Otros no la perdieron, sino que la cambiaron: Mercedes Milá sustituyó a Dios por el Gran Hermano (¿no será lo mismo?), ya que me cuentan que sigue el desarrollo del programa con tal intensidad que llama a la central de Guadalix a las 4 de la mañana diciendo que se ha perdido la conexión con la casa y poniendo al personal como chupa de dómine. Mercedes es una creyente tan convencida como molesta, y los padres de su Iglesia le han dicho que se limite a presentar, que no se crea una iluminada y que no revolucione la Orden de los Grandes Hermanos. Y ella, stigmata perdía (¿creían que lo del codo era una lesión por caerse de la bici?). Así que parece que la Milá cree de verdad en lo que hace, y averiguarlo me ha dejado más perpleja que sus tuneados autonómicos.

En "The Wire" contratan a una lectora de labios para saber qué dicen unos traficantes a los que graban con cámara oculta; creen que así sabrán dónde será la próxima entrega. En el Tomate llaman a otra experta para que averigüe lo que balbucea Raquel Mosquera en plena crisis desde la ventana de la clínica López Ibor; no sé lo que creían que iban a conseguir con eso. En "Dónde estás, corazón?", Gustavo González analiza con una experta en lenguaje corporal los gestos de Mamá Jesulín durante su aparición en el programa de la semana pasada. A Gonzalo se le escapa una sonrisa por debajo del bigote mientras mira a cámara y comenta qué significa que Doña Carmen ponga los ojos en blanco o tuerza el morro mientras la Patiño hincha la vena. Y el gesto de Gustavo demuestra que, a diferencia de la Milá, no cree en lo que hace. Pero es curioso comprobar cómo algo que aparentemente no tiene mucho futuro como ser lector de labios y analista de lenguaje corporal, ha encontrado un hueco en la televisión y, en contra de lo que pueda parecer, es una carrera durísima en la que el examen final consiste en leer los labios de Aznar y de la Duquesa de Alba. Si lo superas, Cuarzo te contrata rápidamente.

Y cuando uno de los invitados a estos programas tiene problemas con otro y le interpone una querella, siempre acaba su speech con un "está en manos de mis abogados" (¡joder, ¿cuántos abogados tienen?!; yo no tengo ni uno, me voy a tener que apuntar a Legálitas) y con un "creo en la justicia". Servidora estuvo el viernes pasado en una reunión con jueces, fiscales y guardias civiles y ni les cuento lo que allí se dijo; dejaban la "Antología del disparate" por los suelos. Así que desde aquel día ya no creo en la justicia, creo en las 6 personas que estaban presentes (estupendas todas, una de ellas distinguida con la Cruz de San Raimundo de Peñafort -¡uy, parezco Josemi Rodríguez Sieiro!-), en su trabajo y en la remota posibilidad de que exista más gente como ellos dentro del sistema judicial. Y si no es así, cuando me demande el ¡HOLA! me fugaré.

Por cierto, para aquellos que dicen esta cosa de "yo no creo en los psicólogos", como si la psicología fuera una rama del vudú y no una ciencia, un aviso: el lunes empezó en Fox "In treatment", donde Gabriel Byrne trata cada día a un paciente distinto. Estoy segura de que sean cuales sean sus opiniones sobre los psicólogos desearán con toda el alma encontrar uno como Byrne. Y que Freud se meta la transferencia por donde le quepa. A mí, que me transfiera Gabriel todo lo que quiera.

viernes, 10 de octubre de 2008

Rendición

Lo he intentado, les juro que lo he intentado, pero esta vez me han ganado la partida. Me he dejado dos posts a medias, uno sobre el castillo que le ha regalado Adrien a Elsa y otro acerca de la portada de Genoveva Casanova. Y ahí están, esperando que servidora recupere su proverbial ganas de marcha y los acabe. Pero en esta ocasión ¡HOLA! ha podido conmigo. No he sido capaz de superar el estado de shock post traumático al que me ha llevado la contemplación de ambos reportajes. Esta es la crónica de una rendición.

La semana pasada ya me quedé traspuesta al ver las 47 páginas (sí, 47, 4, 7) que ¡HOLA! dedicaba al castillo que Adrien Brody le ha regalado a Elsa Pataky. Me quedé mas traspuesta aún cuando pude leer declaraciones como estas: "No sé como eres así, pero eres así, y eso es un milagro. Y es también la razón por la que te mereces lo mejor" (Adrien a Elsa). Y ella contesta: "Esa es la razón por la que te merezco a ti". No tengo parole. (NOTA: escribió Raúl del Pozo que su oficio consiste en ir desangrándose por la mano derecha a lo largo de la vida; yo estoy convencida de que el pobre redactor que ha tenido que trasladar este diálogo al papel se ha quedado sin una gotica de sangre en las venas).

Pero esta semana ya ha sido el paroxismo, el despepite, el acabóse: Genoveva Casanova, vestida con un Hermés que imita las vela de un sampán navegando por la bahía tailandesa de Phang Nga, aparece con el titular "GENOVEVA CASANOVA RUMBO AL FUTURO". ¿Es una broma? ¿Una provocación? ¿Un poema dadá? Porque en los tiempos que corren, o el futuro de Genoveva es convertirse en pescadora por las costas tailandesas con el Hermés arremangao o es el titular más obsceno que he visto en mi vida. Mientras Genoveva va rumbo al futuro nosotros vamos rumbo al precipicio. Ole. Decía Fernando Arrabal que "el mineralismo va a llegarrrrrrr". Pues ya está aquí, junto con el Armageddon, el Apocalipsis y la pera limonera. Para todos menos para Genoveva.

Miren que yo estoy siempre dispuesta a dar la batalla, pero esta vez me ha superado comprobar cómo se puede vivir completamente al margen del mundo y seguir vendiendo aire, sobre todo el que hincha las velas del sampán y azota el pelo de Genoveva. Ni siquiera le veo la gracia como sí se la ven los del diario Público, que debajo de la foto de la portada escriben: "Genoveva ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja..." durante varias líneas. El mejor comentario de la semana, sin duda. Ojalá a mí me diera la risa en lugar de la mala leche.

Aunque puede que esté equivocada. A lo mejor Genoveva es la nueva representación de la libertad guiando al pueblo, es nuestra Marianne particular, es el símbolo del español medio que la lucha para salir de la crisis. A lo mejor servidora, mala donde las haya, no ha entendido esta metáfora, esta alegoría, esta representación de la esperanza de un futuro mejor frente a un presente que se derrumba. A lo mejor es la extraña y retorcida forma que tiene ¡HOLA! de darnos ánimos. Pero sólo a lo mejor.

Espero recuperarme pronto, aunque no lo tengo muy claro, porque desde que mi vida es un Festival y soy tía abuela, debo haber envejecido 20 años de golpe. Y al hacerme mayor he descubierto que no tengo el cuerpo pa ná ("no tengo el chichi pa farolillos", que dice Aída). Pero no se preocupen: en un alarde de superación sin límites voy a meterme en http://www.emezeta.com/foto-revista/ y me voy a hacer una portada a mi medida. Con el Mar Menor al fondo, subida a un optimist y con el siguiente titular: EN UN EXCEPCIONAL REPORTAJE EN EXCLUSIVA, ROSA PALO, BELLÍSIMA Y RECUPERADA TRAS SU RECIENTE RECAÍDA, DECLARA: "RESISTIRÉ". Con un par.

OTRA NOTA: "Decid la verdad: la duquesa se casa porque está embarazada" se leía el viernes en uno de los SMS que manda la gente a "¿Dónde estás, corazón?". Gente así me hace recuperar la fe en el ser humano.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Tostadas telefónicas

Llama Isabel Gemio desde su programa de radio a casa de un desconocido que no sabe que la ínclita lo va a telefonear en medio de sus tostadas del domingo (¡sorpresa, sorpresa!). ¡Piticlín, piticlín! "Hola... hum... soy Isabel Gemio... - catálogo de risas naturales, hums y ahás - ... ¿Te has enterado que ha muerto Paul Newman?". "No". "¿No? Pues ha muerto". "Ah, es que NO LE CONOZCO" dice la chica semi desayunada. ¡JORLLL! ¡Horror! ¡Dios santo! ¿Se puede no conocer a Paul Newman? Pues parece que sí, parece que se pueden cumplir 23 años y no haber oído hablar de Newman en la vida. Así no me extrañan los malos resultados del informe PISA: mientras no haya una asignatura llamada "Conocimiento del Newman" no saldremos de los últimos puestos. Porque cualquier película de Newman enseña más cosas que las lecturas despedazadas de "El Quijote". Mi amigo Mulero se hizo abogado porque vio "Veredicto final", yo estuve a punto de empezar periodismo tras "Ausencia de malicia" y cualquiera en su sano juicio dejaría de fumarse las clases después de ver "El buscavidas". Mejor aún: el newmanismo debería ser una asignatura transversal. Pero con este país que tenemos seguro que los críos acaban estudiando el landismo. Al tiempo.

Volviendo a la Gemio, yo estoy deseandico que me llame un fin de semana mientras le doy a los cereales con fibra, sobre todo si tiene a Sánchez Dragó al lado, el hombre que sigue creyéndose enfant terrible a la tierna edad de 72 años (debe de tener un rollo "Cocoon" o algo así). Tengo un par de cosas que comentarle; ni les cuento lo aliviada que me iba a quedar (y no lo digo por la fibra). Y a la Milá también: ayer en un zapping de "Anatomía de Grey" me la encuentro en GH disfrazada de goyesca. No sé si es que Cayetano le ha pasado el traje que le hizo Armani para la corrida de Ronda o es que estaba promocionando la última de Garci, "2 de Mayo". Lo cierto es que Mercedes debería de sustituir a su estilista, que claramente le guarda rencor, por una amiga que le dijera la verdad. Esa verdad dolorosa, tan difícil de decir y de oir, que consiste en un "¡estás pa matarte!". Y si se tienen huevos para decirle eso a la Milá, una ya está preparada para conquistar el mundo, como Obama, otro que está en ello (en conquistar el mundo, no en aconsejar a Mercedes). Estoy siguiendo las elecciones norteamericanas viendo la última temporada del "Ala Oeste de la Casablanca" (qué quieren, me entero mucho más de las cosas si me las cuentan en una peliculica que viendo los informativos). Además, me gusta más Martin Sheen como presidente que George Bush, bueno, más que George Bush como presidente me gusta hasta Leonardo Dantés. Y claramente, entre McCain y Alan Alda (el candidato republicano en la serie), me quedo con Alan Alda. Ése sí que sabe llevar sus 72 años. Con Alan Alda de candidato, hasta yo voto republicano.

NOTA: me acaba de venir la imagen de Leonardo Dantés cantando el himno nortemericano.