miércoles, 24 de abril de 2019

LA ESPAÑA DE LOS CORAZONES

PUBLICADO EL 21 DE ABRIL EN LOS DIARIOS DEL GRUPO VOCENTO
Según su presentador Carlos Sobera, "First Dates" es una programa donde la gente va a encontrar el amor. El amor y las faltas de ortografía: uno de los participantes le dejó a su cita una nota en la que se definía como "onesto" y "actibo". Otro, con todo el atrevimiento que te proporcionan la ignorancia y el ceporrismo, le dijo a la chica con la que cenaba que "echar p'a fuera es con h". Amárrame los pavos, que dice la Belmonte. Y amárrame a mí, que les doy con el diccionario en la cabeza. En "First Dates" te rompen los ojos, los oídos y, a veces, hasta el corazón: un pavo al que le sobraban tantos kilos como morro se negó a quedar por segunda vez con su cita porque buscaba "una relación físicamente fitness". La paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Hay que ser imbécil. 
Posiblemente ocurran estas cosas porque vivimos en unos días extraños y panfletarios donde no hay que buscar el corazón en los programas de televisión, sino en los programas de los partidos políticos: ahí está el corazón del PSOE, separado por una barra lateral de las siglas del partido; el del PP, con la gaviota reconvertida en un corazón partío rojigualda; el multicolor de Unidas Podemos, con el rojo de IU, el verde de Equo y el lila de Podemos; el de Ciudadanos, formado por la bandera de España, la de Europa y la de Cataluña. Paz y amor, hermanos. Y, por si no hubiera ya suficiente azúcar como para provocarle un coma diabético a la mitad de la población, la España de los corazones se aliña con vídeos en los que amigos, compañeros y familiares del candidato loan sus virtudes y cantan sus hazañas; hagiografías de dos minutos que apelan directamente a que los votantes empaticemos con el político de turno, intentando convertirlo en el tipo con el que nos iríamos a tomar una caña o al que le compraríamos un coche de segunda mano. Tíos que no tienen abuela, pero que son capaces de contratar a la de la fabada para que aparezca en campaña echándoles piropos.
Mientras tanto, detrás de todo este "flower power" y de todo este buen rollismo, hay un ruido de fondo de acusaciones mutuas, de insultos de barra de bar a las cuatro de la mañana, de eso no me lo dices tú a mí en la calle y de toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare. Definitivamente, en estas elecciones nos lo han puesto en bandeja para que votemos con las vísceras. Con el corazón o con las gónadas, según se mire: en el Ayuntamiento de Málaga, y en una moción que iba destinada a la Comisión de Economía, a los de Ciudadanos se les coló la frase "para tocar los cojones". Nos está quedando un país muy de casquería fina, a elegir entre corazón de ternera o criadillas de cordero. Que aproveche.

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