PUBLICADO EL MARTES 31 DE MAYO DE 2016 EN LA VERDAD
En 1966, Truman Capote
celebró la fiesta del siglo: un baile de máscaras en blanco y negro que tuvo
lugar en el Hotel Plaza y al que acudieron aristócratas, políticos,
millonarios, artistas y estrellas de cine. Era tal el nivel de los asistentes
que el
coreógrafo Jerome Robbins comentó: “Parecía que Truman había hecho una
selección de los primeros que iban a ser abatidos por los Guardias Rojos en la
próxima revolución”.
Doce años después, llegó
Freddie Mercury y le arrebató el título a Capote de haber organizado el mejor
sarao de todos los tiempos: con motivo de la salida de su disco “Jazz”, los
Queen montaron una fiesta donde lo más suave era ver a enanos hermafroditas con
bandejas de coca en la cabeza recibiendo a los invitados. “Empieza con un
terremoto, y desde ahí hacia arriba”, decía Cecil B. De Mille. Empieza con un
enano hermafrodita y desde ahí hacia un tío que le arranca la cabeza a
mordiscos a pollos vivos, camareros desnudos, samoanas obesas que fuman por
todos sus agujeros y servicios sexuales en los baños. El exceso macarra de
Mercury vencía a la elegancia en blanco y negro de Capote, igual que la “Interviú”
de Belén Esteban ganó en ventas a la de Marisol. Es el signo de los tiempos.
Pero a Mercury y a Capote
se les hubieran bajado los humos como organizadores de las mejores jaranas del
mundo si hubieran estado alguna vez en el Rocío con Carmina Ordóñez, capaz de
reventar al Chuli, al Pai, al Cabra y hasta al mismísimo Pocholo. O si hubieran
podido asistir a la traca final del Rendibú, el certamen artístico organizado
por La Verdad. En la fiesta del Rendibú no hay enanos hermafroditas, pero ni
falta que hace. Porque lo importante aquí no es el sarao (que también; qué
despliegue y qué moderneo, que parecía que el oso del Rendibú había hecho una
selección de los primeros que iban a ser abatidos por Bertín Osborne en la
próxima involución), sino la apuesta arriesgada y decidida
que hace un medio de comunicación por el arte: gracias a este periódico podemos
disfrutar de lo mejor que se está haciendo ahora mismo en ilustración, literatura,
música o cine. Tal cual. Por eso estoy orgullosa de ser una osa. Del Rendibú,
claro. De serlo por mis patillas pantojiles, ya hablamos otro día. Y de la
resaca que arrastro desde el viernes, también. Ahora, a hibernar.
LAS INVITACIONES AL BAILE DE TRUMAN CAPOTE Y AL RENDIBÚ.
Y SÍ, LA DEL RENDIBÚ ES UNA MASCARILLA DE GEL, QUE HAY QUE MIMAR AL ARTISTA ;)
1 comentario:
Enhorabuena por la iniciativa. Que sirva de ejemplo y se propaguen acciones así.
La espero en unas semanas para otro sarao. Miraré si hay algún hermafrodita en la lista.
¡Besos!
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