miércoles, 1 de junio de 2016

OrgullOSA

PUBLICADO EL MARTES 31 DE MAYO DE 2016 EN LA VERDAD

En 1966, Truman Capote celebró la fiesta del siglo: un baile de máscaras en blanco y negro que tuvo lugar en el Hotel Plaza y al que acudieron aristócratas, políticos, millonarios, artistas y estrellas de cine. Era tal el nivel de los asistentes que el coreógrafo Jerome Robbins comentó: “Parecía que Truman había hecho una selección de los primeros que iban a ser abatidos por los Guardias Rojos en la próxima revolución”.

Doce años después, llegó Freddie Mercury y le arrebató el título a Capote de haber organizado el mejor sarao de todos los tiempos: con motivo de la salida de su disco “Jazz”, los Queen montaron una fiesta donde lo más suave era ver a enanos hermafroditas con bandejas de coca en la cabeza recibiendo a los invitados. “Empieza con un terremoto, y desde ahí hacia arriba”, decía Cecil B. De Mille. Empieza con un enano hermafrodita y desde ahí hacia un tío que le arranca la cabeza a mordiscos a pollos vivos, camareros desnudos, samoanas obesas que fuman por todos sus agujeros y servicios sexuales en los baños. El exceso macarra de Mercury vencía a la elegancia en blanco y negro de Capote, igual que la “Interviú” de Belén Esteban ganó en ventas a la de Marisol. Es el signo de los tiempos.


Pero a Mercury y a Capote se les hubieran bajado los humos como organizadores de las mejores jaranas del mundo si hubieran estado alguna vez en el Rocío con Carmina Ordóñez, capaz de reventar al Chuli, al Pai, al Cabra y hasta al mismísimo Pocholo. O si hubieran podido asistir a la traca final del Rendibú, el certamen artístico organizado por La Verdad. En la fiesta del Rendibú no hay enanos hermafroditas, pero ni falta que hace. Porque lo importante aquí no es el sarao (que también; qué despliegue y qué moderneo, que parecía que el oso del Rendibú había hecho una selección de los primeros que iban a ser abatidos por Bertín Osborne en la próxima involución), sino la apuesta arriesgada y decidida que hace un medio de comunicación por el arte: gracias a este periódico podemos disfrutar de lo mejor que se está haciendo ahora mismo en ilustración, literatura, música o cine. Tal cual. Por eso estoy orgullosa de ser una osa. Del Rendibú, claro. De serlo por mis patillas pantojiles, ya hablamos otro día. Y de la resaca que arrastro desde el viernes, también. Ahora, a hibernar.




LAS INVITACIONES AL BAILE DE TRUMAN CAPOTE Y AL RENDIBÚ. 
Y SÍ, LA DEL RENDIBÚ ES UNA MASCARILLA DE GEL, QUE HAY QUE MIMAR AL ARTISTA  ;)

1 comentario:

Hong Kong Blues dijo...

Enhorabuena por la iniciativa. Que sirva de ejemplo y se propaguen acciones así.
La espero en unas semanas para otro sarao. Miraré si hay algún hermafrodita en la lista.
¡Besos!