miércoles, 27 de septiembre de 2017

AL FINAL DE LA ESCAPADA

PUBLICADO EL MARTES 26 DE SEPTIEMBRE EN LA VERDAD

Viajar a Sicilia con mi amigo C. es más peligroso que irte con Jon Sistiaga a Afganistán. C, comunicativo, curioso e inconsciente, es capaz de preguntarle por la mafia a un taxista que parece Corrado Soprano. "La mafia? La mafia è il governo centrale di Roma!", dice el taxista. Seguidamente, baja la ventanilla y pega un lapo donde se podrían haber ahogado todos los gobiernos italianos desde Rómulo y Remo. Y se queda tan pancho. 

Para los independentistas, la mafia es el gobierno central de Madrid. Y, a partir de ahí, lapo va, lapo viene, que las posturas se defienden sin ninguna voluntad de acercamiento, desde el estómago y los cojones, y no desde la cabeza y la ley. Una no espera que pongan en práctica "El arte de la conversación" de Oscar Wilde, pero sí menos cháchara y más diálogo, o menos samba e mais trabalhar. Pero hay gente a la que le gusta vivir en el conflicto permanente y, si no lo encuentra, lo busca. Que se lo digan a los de "Sálvame", expertos en convertir un plató en un ring de boxeo. A Puigdemont lo podían contratar allí para sustituir a Karmele Marchante, desaparecida del programa desde hace más de un año y reaparecida la semana pasada en el titular de un digital andaluz: "Miles de personas y Karmele Marchante protestan en la puerta del Sol por el derecho a decidir". Como si Marchante no fuera una persona. Puigdemont en "Sálvame" podría salir divorciándose de España mientras quema alguna cosa (seguro que se le ocurre el qué) igual que Rosa Benito se divorció de Amador quemando los anillos de boda en una performance que ni La Fura dels Baus. También podían aprovechar un día que fuera Raquel Mosquera para que le cortara el pelo en directo, que yo no sé cómo se puede pasar a la posteridad con ese melenón: dentro de veinte años, y cuando se vea en las fotos que recogen la quincuagésima quinta jornada histórica vivida por Cataluña (o la quincuagésimo sexta, o la quincuagésimo séptima) le va a dar un parraque, que al menos Karmele es una independentista bien peinada. Pero así va a seguir Puigdemont, con esos pelos y con esas prisas, corriendo hasta el 1 de octubre, sin parar. Veremos a ver qué se encuentra (con qué nos encontramos) al final de la escapada. 

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