jueves, 10 de diciembre de 2015

LIBRE

PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 8 DE DICIEMBRE DE 2015

A Isabel Pantoja y a mí nos han dado el tercer grado al mismo tiempo. Libres al fin. Las dos. Ella para lucir por Cantora los bolsos que se hacía en el talego, yo para pasear palmito prenavideño. Tanto tiempo tengo ahora que me sobra vida. Seguramente lo invierta en seguir el “Toñogate”, que me he perdido mucho estos días del asunto entre Belén Esteban y su representante y estoy en un sinvivir. También voy a poder leer a Vargas Llosa, no como Chábeli, que no lo lee porque ella sólo lee en inglés, dice. Chábeli es el más claro ejemplo de aquella frase de Groucho Marx, “Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente”, que la capacidad de la familia Iglesia Preysler Falcó Boyer para abrir la boca y dar titulares es infinita. Como cuando contó que a ella le preocupaba tan poco su aspecto que su madre le dijo “¡Qué poco física eres!”. Poco física y poco química; para química, la de su ex marido Ricardo Bofill. Nunca moló tanto Chábeli como cuando estaba casada Bofill Jr., que hubiera dado yo la oreja derecha por escuchar las conversaciones de ese par. Pero tras el divorcio ella se convirtió en una mujer desesperada versión Miami y Bofill en director de cine, que rodó “Hot milk”. Amárrame los pavos y suéltame los perros. La peli iba sobre juergas y desfase en Ibiza. Lo sorprendente hubiera sido dirigir una película que se desarrollara en un convento. O en una biblioteca.

Y, mientras tanto, las elecciones. Y el debate, que vaya paliza han dado en Antena Tres. Que si cuántas cámaras va a haber, que si la cuenta atrás, que si el postdebate, que si cómo ven los niños a los candidatos y que si tienen un experto en comunicación no verbal. Eso ya lo hacían los del “Tomate”, que contrataban a un lector de labios para saber qué decía Raquel Mosquera desde la ventana del hospital ante el horror del periodismo serio. Ahora el periodismo serio acude a señores que se dedican a decir que si te rascas el ojo izquierdo no es porque te pica, sino porque estás mintiendo. Y se quedan tan anchos. Menos mal que el viernes vuelve Rosa Benito a “Sávame”, y yo voy a poder verla. Eso sí que va a ser un debate de verdad.



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