PUBLICADO EN LA VERDAD EL 13 DE ENERO DE 2015
Ángeles Carmona, la presidenta del Observatorio contra la Violencia de
Género, pide que se erradique el piropo porque es una invasión en la intimidad
de la mujer. A mí hace años ya que lo único que invade mi intimidad es la
celulitis: desde que pasé a la categoría de mujer invisible (que no incorpórea,
porque cuerpo sigo teniendo, y más después de Navidades), no me hacen un
requiebro por la calle ni los albañiles machirulos. Como mucho, algún compañero
a lo Arturo Fernández me dicen lo bien que estoy para la edad que tengo, chatina,
que no sé si es un halago dirigido a mí o a Estée Lauder.
El piropo agrede según qué, quién, cómo y en qué momento, que tiene más
variables que una ecuación diferencial. Pero hay una clarísima: el piropo pasa
de ser un halago a una agresión verbal según te haga sentirte como Elle
Macpherson o como una mierda pinchá en un palo. Así que ponerles un esparadrapo
en la boca a los que nos sueltan que nos van a comer tó lo negro con una cara de
salidos que ni Fernando Esteso persiguiendo a África Prat no parece tan mala
idea. A ellos y a los que nos tratan con paternalismo, a los que nos miran a
las tetas en vez de a la cara cuando hablan con nosotras, a los que nos desautorizan
profesionalmente, a los que presumen en público de ayudar a sus parejas porque
calientan un biberón, a los que dicen que a las mujeres nos resulta natural
hacer las tareas domésticas. No hay cinta americana para tanto bocazas.
Pero en esta civilización esquizofrénica donde algunas se preocupan porque
les dicen piropos y otras porque no se los dicen, hay mujeres cuya preocupación
fundamental es que no las maten, las violen, las mutilen o las secuestren: cincuenta
y una mujeres han sido asesinadas este año en España por sus parejas o ex
parejas, y ciento veinticinco millones de mujeres han sufrido ablación de cl ítoris en
todo el mundo. Hay miles de mujeres convertidas en esclavas sexuales, mujeres
maltratadas, mujeres encarceladas tras un burka, mujeres sin acceso a la
educación. Mujeres a las que se les niegan los derechos fundamentales, no sólo
el derecho a la libertad de expresión. Si todos somos Charlie Hebdo, también
deberíamos ser cualquiera de estas mujeres. Porque, a veces, ser mujer tampoco
es fácil. Ni aquí ni allí.
3 comentarios:
Me llama la atención que quieran prohibir el piropo los mismos que no paran de recortar en educación. Prohibamos sin educar, pues al fin y al cabo esto no deja de ser la Nueva Edad Media.
Estoy hasta las canas de tanto caciquismo y realeza. Y me alegra que le haya dicho a su hijo que los Reyes Magos no existen. Dígale también que fuera de nuestra católica Is-Pain, se llaman "los Tres Hombres Sabios". Pero claro, aquí pesa más el rango que la cultura.
Un abrazo de su adorado fan. ¡Y feliz año!
Libertad para llamarme culo gordo ya que yo la tengo para mandarlo a la mierda. Bueno, libertad de expresión.
Ustedes pueden echarme los piropos que quieran, que nos los voy a denunciar
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