lunes, 5 de enero de 2015

Body language


PUBLICADO EL 30 DE DICIEMBRE DE 2014 EN LA VERDAD

Ni miajita voy a decir sobre el discurso del Rey. Primero porque yo soy una mujer con visión de futuro y no quiero que un quítame allá esa flor de Pascua hunda el compromiso entre mi heredero y La Heredera, que las hemerotecas las carga el diablo y Peñafiel está esperando la mínima para sepultar mi carrera como Suegra Madre en ciernes. Y segundo porque lo ha comentado todo el mundo, que hasta un experto en lenguaje no verbal se llevaron el otro día a una tertulia política: la lucha por la audiencia como elemento igualitario entre clases sociales o cómo poner al Rey al nivel de Lydia Lozano cuando le da el parraque y llaman a la psicóloga de cabecera para que diga si los hipidos de la rubia son verdad verdadera. Es lo que tienen los que van de Woodward y Bernstein, que mucho criticar al roserío para luego acabar apropiándose de los métodos lombrosianos del “Sálvame”. De esos y de los del espectáculo, que ya presentan a los opinadores de “La Sexta Noche” como “nuestros gladiadores de la arena política”. Ave, César, contertuli te salutant. A mí me reciben así y le clavo mi tridente a Iñaki López.

Los análisis políticos no son profundos, sino superficiales. Literalmente, porque apenas analizan algo más allá de la superficie: han examinado tanto el tinte de Mariano Rajoy, los modelines de Soraya, las camisas blancas de mi esperanza de Pedro Sánchez y la coleta de Pablo Iglesias que no sé si estoy leyendo la sección de nacional o la de estilo y tendencias. Y venga comparativas sobre quién hace los gestos más cercanos, quién frunce más el ceño o quién modula mejor la voz. Y venga los asesores a repasarse “Lie to me” y a convencer a sus pupilos de que no miren hacia la izquierda porque eso señal de mentir, presidente, tenga usted cuidado que lo dijo Tim Roth en un episodio. Y los expertos en comunicación no verbal al quite, que los ojos siempre dicen la verdad por mucho que intentes controlarlos (si no eres Carlos Fabra o Leticia Sabater, claro). Entre eso y los exámenes de Primero de Alcaldía perpetrados por Esperanza Aguirre ya no va a haber problema alguno en las próximas elecciones. Feliz Año Nuevo. 

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