PUBLICADO EN LA VERDAD EL 28 DE OCTUBRE DE 2014
Fue Antonio Gamero quien dijo aquello de “No
le cuente usted las penas a los amigos; que los divierta su puta madre”. Gamero
se disfrazaba de actor secundario cuando, en realidad, era el Baltasar Gracián del
siglo XX; el tipo profería máximas con la misma rapidez con la que yo trasiego
quintos, pero con bastante más ingenio.
También soltó lo de “Como fuera de casa no se
está en ningún lao”, frase que le hubiera gustado acuñar al mismísimo Rafael
Azcona. Pero se ve que Gamero y Azcona tuvieron más suerte que yo con los
hoteles, que últimamente no doy una: si las casas modernas están diseñadas por
arquitectos sin hijos (es lo único que explica que hagan escaleras sin
barandillas para que se nos despeñan los críos), los hoteles están proyectados
por hombres que no aman a las mujeres. ¿Tan difícil es poner un espejito de
aumento para depilarnos las cejas y una buena luz para maquillarnos en
condiciones? Al final sales a cenar convertida en un trasunto de Carmen de
Mairena con las cejas de Frida Kahlo. Y con los pelos de Mónica en Hawaii, que
los secadores de los hoteles tienen la misma capacidad de soltar aire que la de
un fumador con enfisema pulmonar.
A un hotel vas a quitarte el día del cuerpo, y
para eso sólo necesitas una buena cama y una buena ducha. Eso si no es un hotel
modelni donde las puertas de las duchas no tienen tirador (en Madrid me quedé
encerrada en una durante media hora), o si no acabas en un hotel estilo
remordimiento, con colchones sobre los que no yacería ni con Michael Fassbender
una noche tonta y con moquetas a las que, si Grissom les pasa la luz
ultravioleta, aparecen más manchas que en una orgía noruega. Y, para rematar,
pagas el desayuno a precio de brunch en el Palace y te encuentras con un
croissant revenío, café de recuelo, zumo de naranja que sabe a Tang y galletas
de la misma marca desconocida que te ponían las monjas cuando ibas de retiro
espiritual.
1 comentario:
Cuánta razón tiene. Qué bien se está fuera de casa, sobre todo cuando el alojamiento está bien. A mí me encanta bucear en tripadvisor y leerme todas las críticas (algunas descojonantes), y la verdad, qué útil resulta en ocasiones.
La ADORO. Ojalá tuviera una casa grande para invitarla y coincidir con usted recién levantada.
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