PUBLICADO EN LA VERDAD EL 4 DE NOVIEMBRE DE 2014
Hoy es el día de mi no cumpleaños. Básicamente,
porque mi cumpleaños fue ayer: cuarenta y cinco. Las mismas revoluciones por
minuto que un viejo single. Sí, soy tan mayor que he conocido los vinilos. Y
las casetes, y la televisión en blanco y negro, y la carta de ajuste. Que tengo
mucha calle detrás, como dice la Esteban. Que me han gobernado ya cinco papas,
un dictador, seis presidentes de gobiernos democráticos y dos reyes. Que he
tenido un pin del Naranjito, uno de Curro y otro de Cobi. Que he visto a La mierda la Sole tirar
un huevo, a Martes y Trece siendo un trío, a Lola Flores perder un pendiente en
el Florida Park, a Mariano Medina dar el tiempo, a Kiko Rivera con melena a lo
príncipe de Beukelaer y a la Pantoja casada con Paquirri (y enviudada de
Paquirri, y enaltecida por Encarna Sánchez, y encandilada con María del Monte,
y ennoviada con Diego Gómez, y encoñada con Julián Muñoz, y encabronada con
Julián Muñoz). Que he ido en coche sin cinturón de seguridad, he llamado desde
una cabina, he llevado calentadores, he fumado dentro de los bares, he revelado
fotos y he grabado disquetes. Que he perdido vista y ganado kilos. Y la prueba
definitiva: que veo “Cachitos de hierro
y cromo” y esbozo una sonrisa entre nostálgica y boba. El día que cante las
canciones de los Supersingles en “Qué Tiempo Tan Feliz”, hago testamento.
No sé en qué momento la vida ha pasado de ser
un viernes por la tarde a convertirse en un domingo por la mañana. Pero aún me
queda el domingo por la tarde, y no quiero vivirlo amodorrada en el sofá, bebiendo
menta poleo, envuelta en una manta y en ese no se qué amargo que nos invade al
terminar un fin de semana que parecía eterno. No; pienso estirar mi domingo por
la tarde todo lo posible: mientras los cuervos sigan sobrevolando la Torre de
Londres, las Campos continúen enamorándose como quinceañeras, Raphael persista
en entonar “El Tamborilero” por Navidad y los Rolling Stones se monten otra
gira, yo seguiré celebrando los días de mi cumpleaños. Y los de mi no cumpleaños,
también. Con Humpty Dumpty, con el Sombrerero Loco y hasta con La mierda la
Sole, si se presenta. Endevé La mierda la Palo. Que todavía me queda mucho por
leer. Y mucha plancha.
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