miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tres cervezas


PUBLICADO EL 27 DE NOVIEMBRE DE 2012 EN LA VERDAD

Hoy no me puedo levantar. El fin de semana me sentó fatal. Total, me tomé tres cervezas y me he levantado peor que Sue Ellen el día de Año Nuevo. Madre mía, cómo han cambiado los cuerpos: antes hubiera podido retar a Mario Vaquerizo a beber quintos a morro, ahora mi colon irritable me hace pagar el más mínimo exceso. Porque mira que nosotros hemos ido de bares, bares cutres a los que Chicote no hubiera entrado ni con la Guardia Civil, de acuerdo, pero bares al fin y al cabo, que somos de la era prebotellón. Salíamos todos los fines de semana y fiestas de guardar, nos pegábamos un festival por cuatro duros y nos recuperábamos con un domingo de sofá y manta que duraba de “Estudio Estadio” a “Estudio Estadio”.

Pero los chicos de la era prebotellón, los que pensábamos que no había nada como el calor del amor en un bar, nos hemos convertido en resacosos padres de familia. Ahora sales una noche y al día siguiente tu hijo, el mismo al que hay que despertar todos los días para ir al colegio, abre el ojo a las 7 de la mañana y se cuela en tu habitación al grito de “¡Hazme la leche!”, y tú te levantas dándote con la brenca de la puerta, y el crío que quiere tostadas, y tú que buscas un ibuprofeno que no aparece, y el crío que se pone a aporrear la batería que le trajeron los Reyes, y tú que te acuerdas de la familia de Melchor, de Gaspar, de Baltasar y de todas las monarquías orientales, y el crío que venga redoble, y tú que sigues buscando el maldito ibuprofeno y te encuentras con la factura del restaurante, y el crío que cambia la batería por la guitarra, y tú que te pones a echar cuentas de por cuánto te ha salido la fiesta entre la canguro, la cena y las copas. Y te pasas el domingo a base de infusiones de menta poleo, leyendo los dominicales con los ojos a media asta y deseando que lleguen las diez de la noche para que el crío se acueste. Y te das cuenta de que te has hecho mayor y ni siquiera sabes cómo ha pasado. Y juras que no vas a volver a salir nunca más. Hasta la próxima, claro.

2 comentarios:

Pilar dijo...

Dichosa tú, que te puedes leer los dominicales! Para mí ir a la pelu y leer lo del mes anterior es ponerme al día! jeje
Buenísimo, guapa!

Rosa Palo dijo...

Pero lo peor es que bebí por trabajo, que por placer ya no puedo. Y de la peluquería, ni hablemos: mi peluquero ha tenido que emigrar a esquilar ovejas, porque hace dos semanas que no lo localizo. ¡Llevo unas puntas!!