martes, 26 de febrero de 2008

That's Entertainment

Esto es espectáculo, sí. Pero sólo para ellos, porque para nosotros (votantes y no-votantes) fue un petardo anunciado. Lo dijo ayer uno de los jóvenes sevillanos con los que Cuatro quiso “tomar el pulso de la juventud” (ay!); el chaval comentó que el debate sólo había favorecido a las televisiones, porque él se había quedado como estaba.

Y es que esto es un espectáculo hecho para y por las televisiones, los analistos, los que tienen que rellenar páginas (y blogs). No se preocupen, pueden leer y ver a sus comentaristas favoritos, no les decepcionarán: ni uno sólo de ellos va a darle la más mínima oportunidad al contrario, pero ni una, ni se va a desmarcar del grupo de comunicación al que pertenecen y del que recitan su credo todas las mañanas al levantarse. Van a regalar sus oídos con las frases que usted quiere oír, como seductores consumados ante amantes dispuestos a entregarse. Pero si no tienen analistos de cabecera y quieren hacerse una ligera idea de lo que pasó anoche tendrán que leerse tres periódicos distintos y cascarse los programas matinales de, al menos, dos emisoras de radio. Y claro ¿saben lo que pasa? Que no soporto que me tomen por gilipollas, aunque lo sea, que eso es otro cantar. Por tanto no soporto ni leer ni escuchar a tipos y tipas que se supone que son periodistas y que, por tanto, en el sueldo les va la independencia (y pasa justo lo contrario) y que no son capaces de elaborar el más mínimo análisis objetivo; tipos y tipas de comentarios tan predecibles como los colores de los trajes que iban a llevar anoche los candidatos (el de Manuel Campo Vidal me descolocó, todo hay que decirlo).

Y ojo, me parece apasionante formar parte de una campaña electoral; para una publicista (o expublicista, o diseñadora, que ya no sé ni lo que soy) tiene que ser la pera limonera estar en cualquiera de los dos equipos y jugar en Primera División. Pero el peor error de un publicista es tomar por tonto a su público objetivo. Y lo están haciendo.

Sí, ya sé, no tengo que indignarme porque todos sabemos cómo funciona el juego, pero a pesar de eso siempre esperamos algo nuevo, un momento Kinder. Pero no. Esto es como un mal partido de la Champions: se pasan días, meses, anunciando el encuentro, discuten sobre las posibles estrategias a seguir, se pelean las televisiones por retransmitirlo, conectan una hora antes para “vivir el ambiente”, ponen a medio país delante de la tele y luego ná de ná. Y al día siguiente según de qué equipo sea cada uno así le cuentan el partido. Punto pelota.

Por tanto, si ayer tuvieron (como yo) la mala suerte de perderse “Dexter” y vieron el debate intenten abstraerse del ruido de fondo y centrarse en lo que dijeron los muchachos. A lo mejor llegan a alguna conclusión. Yo, por mi parte, me quedo con las cuestiones de verdadera enjundia y sobre las que sí hay que debatir a la hora del café:

- ¿Por qué le quedaban cortas las mangas del traje a Rajoy? ¿Estaba la pobre Viri hasta la senserreta de elegirle modelos y acabó con un “ponte lo que te dé la gana, pesao!”, y fue y se lo puso?

- ¿Por qué leía tanto Rajoy cuando ha sido opositor y ha tenido que cantar los temas por activa y por pasiva?

- ¿Por qué Rajoy miraba siempre a su izquierda? -ésta me la sé: miraba el reloj-.

- ¿Le metieron botox a Zapatero? ¿Qué le pasaba en las cejas? ¿Llevaba ácido hialurónico? Esta no me la sé, pero aquí dejo el correo de aludidos por si el doctor Chams me está leyendo.

Y el verdadero quid de la cuestión: ¿quién iba a nombrar primero a Javier Bardem y llevarse el voto del Follonero de Buenafuente? Ganó Zapatero, que lo coló al final entre Serrat, Barceló y Sabina. ¿Ven? Eso sí que es establecer un vencedor de forma objetiva.

Ah, un regalín de media mañana: Paul Weller y “That’s Entertainment”. Por cierto, los Jam salen en “24 hour party people”, la magnífica peli de Michael Winterbottom sobre Tony Wilson, el tipo que puso a Manchester y a sus grupos en el centro del mundo gracias a Factory Records. 80’s y 90’s a tutiplén. Estamos todos: Joy División, New Order, Happy Mondays, Siouxsie and TheBanshees, los Pistols… Pillen la película y se acordarán de cuando pillábamos otras cosas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡menos mal, que tu si que sabes lo que es importante en un debate de este tipo!. El traje de Campo Vidal a mi también me dejó patidifuso. Después de verlo, no creo que hubiera nada más que desmenuzar

Anónimo dijo...

Amén.

Y Paul Weller... más amén.

Rosa Palo dijo...

Me alegra ver que la gente es capaz de separar el grano de la paja, Anónimo.
Carmona, un honor tenerle por aquí: sigo sus comentarios en el blog de Rosa Belmonte (ya veo que le van las Rosas), así que espero que vuelva a visitarnos.

Anónimo dijo...

... mientras se digan cosas tan interesantes y con tanta gracia. Así te llames Torcuato.

Saludos.

Anónimo dijo...

Esta noche más,como no pienso verlo porque tengo que conciliar mi vida laboral con la familiar, es decir, planchar, preparar la cena y la comida de mañana al mismo tiempo,hacer los deberes con mi hijo,evaluar a los que no lo son pero a veces lo parecen y cumplir con el débito conyugal, espero tu crónica para mantenerme al día.Viva la liberación de la mujer, yo habría sido una gran señora en la edad media,besos de mami.

Anónimo dijo...

Rajoy sigue obsesionado con la niña..., huy! me da a mi que pensar esto de la niña...
Hay amores que matan.