miércoles, 5 de junio de 2019

UN ANUNCIO EN LAS AFUERAS

PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 4 DE JUNIO DE 2019

Acabas de terminar de trabajar. Vuelves a casa uno de esos días de junio, largos y calurosos, que dan para las últimas comuniones y los primeros baños en la playa. Llevas la camisa empapada en sudor, el asiento de atrás del coche cubierto por una pila de carpetas y la agenda del móvil llena de citas para toda la semana. Ya estás cansado, y sólo estamos a martes. Miras distraído por la ventanilla y te encuentras una valla publicitaria en la autovía anunciando un puticlub. "Porque te lo mereces", dice el cartel. Y sí, es verdad, qué coño. Te lo mereces.

Tú te mereces que te den lo tuyo, papito lindo, que te dejen relajarte un ratito, que te mimen y que te sonrían aunque sea pagando, que para eso llevas el peso del mundo sobre los hombros. Que tienes derecho a olvidarte por un momento de las malas notas de Andresito, que no hay quien lo meta en vereda, y del arreglo de la cocina, y de las cortinas del salón, las putas cortinas del salón, que a la señora le ha dado por cambiarlas justo ahora, cuando os queda nada para iros a la playa. Pero la que te lleva por el camino de la amargura es la cría, que está insoportable, y contestona, y hecha una fresca, que cada vez que pisa la calle con esos pantalones cortísimos te dan ganas de encerrarla bajo siete llaves. Y, para colmo, ha empezado a salir con repetidor de la clase. Como le ponga la mano encima a tu niña lo lleva claro, el pollo.

Hasta los cojones te tienen. Tu jefe, que es un gilipollas. Y Paco, el del taller, que te está amargando la vida porque no sabe hacer bien su trabajo y después te comes tú todos los marrones. Y tu cuñada, que no para de ir a llorarle a tu mujer por culpa de su marido, que es otro gilipollas. Y tu suegra, siempre dando por saco y metiéndose en lo que no le importa. Y tú, trabajando sin que nadie te lo agradezca, que cuanto más les das, más quieren. Sin parar, sin dormir, que te metes en la cama y te dan las tres de la mañana con los ojos como platos haciendo números. Definitivamente, te mereces un momento de descanso. Si es que has tenido muy mala suerte en esta vida. Con lo que tú vales.       

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