miércoles, 12 de junio de 2019

CARA DE NADA

PUBLICADO EL MARTES 11 DE JUNIO EN LA VERDAD

El final de "La reina Cristina de Suecia" es un formidable plano que nos lleva hasta la cara de Greta Garbo, su protagonista. Cuando la Garbo le pidió indicaciones al director sobre qué gesto poner, Rouben Mamoulian le dijo que quería que su rostro fuera como una hoja de papel en blanco donde cada espectador pudiera escribir su propio final. "Pon cara de nada", resumió. Así que la Garbo, obediente, puso la cara de nada más expresiva de la historia del cine. Poner cara de nada y conseguir transmitirlo todo sólo está al alcance de unos pocos, de la Garbo o de la Huppert; los demás siempre ponemos cara de algo. De tontos, generalmente, que salimos en las fotos que parece que nos ha dado un aire.

Muchas semanas después de las elecciones, los candidatos siguen ahí, mirándonos desde los carteles que todavía permanecen pegados en las paredes y colgados de las farolas. Aunque es raro ver unos rostros que continúan pidiendo un voto que ya ha sido emitido, no lo es tanto si pensamos que, en algunos lugares, aún no sabemos quién va a gobernar. Por eso permanecen a la intemperie, en una prórroga obligada, con la cara de nada que intentaron poner para que los electores escribiéramos en ella nuestros propios deseos: cara de te voy a arreglar las farolas de tu calle, de voy a hacer que consigas un trabajo decente, de voy a solucionarte tus problemas de vivienda, de voy a acabar con la corrupción institucional, de voy a preocuparme de que tengas una pensión digna. Pero en su tentativa de poner cara de nada, o de algo (de solidez, de fuerza, de poder, de capacidad), a algunos les pasa lo que a mí, que quiero poner cara de interesante y salgo con cara de estreñida; para muestra, la cabecera de la columna. Por eso miro las fotos en las que salgo de refilón, con cierta vergüenza, sin enfocar del todo la mirada, como cuando ojeas un libro con desgana. Y por eso no me imagino levantándome por las mañanas, tomándome un café de pie junto a la ventana y viendo mi cara de lo que sea en la pared de enfrente y en tamaño poster, recordándome mi propio fracaso, mis promesas incumplidas, mis problemas no resueltos y mis arrugas sin solución. Bastante tengo con verme cada día en el espejo. 



1 comentario:

Lorena dijo...

Demoledor. (Ovación cerrada)