PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARETES 17 DE OCTUBRE DE 2017
Estoy del veroño hasta la rima. No sólo de la palabra (es la
expresión más fea que he oído en español, después de "follamigos" y
"fofisano"), sino también de la estación: a este paso, y con este
calor, los villancicos serán la nueva canción del verano, y ambientaremos el
belén en una playa de Benidorm. De la comida de Navidad, ni hablamos: va a
convertirse en un drama sureño y sudoroso a lo Tennessee Williams donde un
cuñado atormentado destapará secretos de familia mientras nos ponemos ciegos a
gazpacho fresquito y a mojitos, que a ver quién es el guapo que se mete un cocido
de pava con pelotas entre pecho y espalda con estas temperaturas.
Esto ya no es el caloret, esto es la cocina del infierno. España
está seca y deshidratada, arrugaíca perdida, devastada y yerma, que si la lluvia
en Sevilla es una pura maravilla, la lluvia en Almagro es un milagro. Y en el
norte. Y en el sur. Que no llueve. Ni aquí, ni allí. Así están las cabezas, que
no descarto yo que el calentamiento global sea el responsable del recalentamiento
mental que estamos sufriendo últimamente, y que ya ha llegado hasta la comarca
del Altiplano: leo en este periódico que, en unas agendas infantiles repartidas
por varios colegios catalanes, se incluye a Yecla y a Jumilla ("Iecla"
y "Jumela") en los Països Catalans. Acabáramos. A ver si la solución
no va a ser política, sino climatológica.
Mientras tanto, Trump (otro con las meninges recalentadas) ha
convertido a aquel primo de Rajoy que negaba el cambio climático en un
activista de Greenpeace: el tío ha sacado a EE.UU. del Acuerdo de París, ha derogado el
Plan de Energía Limpia de Barack Obama para reducir las emisiones de gases de
efecto invernadero y sigue negando la evidencia tras los huracanes que han
arrasado Norteamérica en los últimos meses. Y así vamos, apostando al desastre
seguro. Al primo de Rajoy y al primo de Trump les mandaba yo al primo de
Zumosol, y asunto resuelto. Pero no desesperen: si a mi proverbial mala suerte
le añadimos el hecho de que tengo el mismo talento para acertar con los temas
de las columnas que Mariah Carey para atinar con sus estilismos, escribo este
texto convencida de que, cuando se publique hoy martes, habrá acabado el veroño
y estará lloviendo a mares. Y, sobre todo, en Galicia. Ojalá.
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