miércoles, 14 de septiembre de 2016

¡EXCLUSIVA!

PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 13 DE SEPTIEMBRE DE 2016

Se ha agotado el ¡HOLA! Al menos, cerca de mi casa, lo cual demuestra que en mi barrio viven más cotillas que en Wisteria Lane. El domingo salió una edición especial con la boda del milenio (la de Rociíto, sí, esa modelo de hipermercado reconvertida en presentadora con pinganillo por obra y gracia de su enredadera genealógica, que no árbol), y nos hemos tirado todas a por la revista como un tronista a por la sección de anabolizantes. Sociólogas que somos.

Hablan de unos 300.000 euros pagados por la exclusiva. Ni Ronaldo, oigan. Cuando yo me indigno por lo que ganan los futbolistas, mi santo acude en ayuda de la Liga de Fútbol Profesional: cobran en función de lo que producen, me dice. La oferta y la demanda, me suelta. Pues vale. Me gustaría saber qué producen Rociíto y Fidel, además de ganas de abofetearlos. Pero a las revista les sale rentable, que demanda hay. Y ahí estoy yo, debatiéndome entre marcarme una búsqueda por los kioscos hasta encontrar el Santo Grial, o hacerme la digna y negarme a contribuir a tan lamentable espectáculo (y lo de lamentable lo digo por los modelos de las Campos, de Jesulina y de Chayo, una sinfonía en magenta que parece comprada en el mismo hipermercado donde desfilaba Rociíto, y que la cantanta puede reutilizar para su gira mundial por Guarromán, Calamocos y El Meadero de la Reina). Pero qué quieren: una vive con sus contradicciones, con su celulitis y con sus cuatro kilos de más que ha pillado este verano.

Lo peor es que nos indigna que ellos cobren por una exclusiva porque nosotros somos tan tontos que la regalamos: dejamos que nos graben en video (y que lo suban) sin zapatos, con el pelo pegado y los ojos a la virulé, dándolo todo por
Camilo Sesto, que si vivir así es morir de amor, salir así es morir de vergüenza: “¡Vaya juerga te pegaste el sábado!”, te sueltan en la oficina el lunes por la mañana, y te quedas paralizada con un café en una mano y un ibuprofeno en otra, y un escalofrío te recorre el cuerpo hasta la curcusilla porque sabes que, a esas horas, la profesora de tu hijo, tu vecina del quinto y hasta tu jefe te han visto hecha un despropósito. Y despeinada. Y borracha. Y gratis. Si es que no aprendemos. Y voy a por el Hola, que ya me he debatido bastante.



2 comentarios:

Hong Kong Blues dijo...

Diga que sí, compre la revista y revise cómo iban los invitados. Pocos gustos son tan económicos.
Aunque le digo una cosa: la gente del Delta del Ebro cree que la boda de la época fue otra, jaja.
Le tomo prestado el término "enredadera genealógica", me parece lo más.
¡Mil besos!

Rosa Palo dijo...

La gente del Delta del Ebro, de Cartagena y de parte del extranjero está de acuerdo en que la boda del milenio fue otra. Y mucho más exclusiva que la de Roci-Hito!