lunes, 23 de febrero de 2015

LISTAS Y TONTAS


Nos gusta una lista más que comer con los dedos. La de las mejor vestidas, la de las películas de la década, las de los libros más vendidos, la de los mejores restaurantes, la de las tonadilleras más pelúas. Y, ahora, la Falciani. Y todo el mundo echándose las manos a la cabeza, como si fuera una sorpresa los nombres que aparecen en ella. Y todo el mundo mosqueado por el trato de favor que se les dispensó para que regularan su situación con Hacienda, como si la vida no fuera un continuo trato de favor para ellos. Así que tranquilos, que no hay nada nuevo bajo el sol: sólo un grupo de ricos riquísimos que quieren serlo aún más, pasándose por el forro el país del que se llenan la boca. Lo de siempre. Además, queda mucho camino por recorrer y mucho sinvergüenza por pillar, porque en la lista sólo consta un 0,001% de todo el dinero opaco que se mueve en el mundo. ¿Dinero opaco? Mi dinero es tan transparente que ni se ve.
No aparezco en la lista Falciani, ni en la lista de las columnistas más leídas, ni siquiera en la lista de las más elegantes junto a la cursi de Paloma Cuevas, la minsa de Nieves Álvarez, la sonsa de Genoveva Casanova, la incorruptible de Isabel Preysler y la loca del coño de Naty Abascal. 

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