PUBLICADO EL MARTES 14 DE OCTUBRE EN LA VERDAD
Reconozcámoslo: somos unos cobardes. Usted y
yo, sí, no mire para otro lado, que mucho quejarnos y mucho decir que estamos
hasta el trigémino de los grupos de guasap, pero no nos atrevemos a dejarlos: por
lo visto, que aparezca en el móvil un “Fulanito ha abandonado el grupo” es más
feo que pegarle a un padre; es peor que meter tu nombre en Google y que te salgan
antecedentes penales; es más trágico que aparecer etiquetado en Facebook en una
foto de COU. Es la muerte social.
Por eso silenciamos los grupos. Mira, eso está
bien: si pudiera acallar yo las voces de mi cabeza como las del móvil, me
ahorraba una pasta en antipsicóticos. En el teléfono se amordaza a la fiera y a
tomar viento el guasap. O wasap, si lo prefieren, que desde que le quitaron el
acento a “solo”, el intento de modernización de la RAE está siendo tan nefasto
como el que hicieron Sergio y Estibaliz a principios de los ochenta.
Pero es que hay gente pa tó. Y grupos de
guasap, también: el de los compañeros de trabajo, el de las madres del colegio,
el de los padres del fútbol, el de los primos, el de los amigos, el de los
amigos de los críos, el de la salida a comer, el de la salida a cenar, el de
las quinielas. Y siempre llegan los mensajes en el peor momento: cuando estás
currando, las fotos de los colegas tomando cañas; cuando te has quedado eclis á
un minutico, la colección de memes de Julio Iglesias (y lo sabes). Eso por no
mencionar la bronca que te cae si no te enteras de algo, que los mensajes de
guasap han sido elevados a la categoría de publicación en el BOE. O por no
hablar de la maravillosa serendipia que se produce cuando tu hijo coge el
teléfono en el preciso momento en que se descarga una imagen enviada por alguna
cachonda: “Mamá, aquí hay una foto de un señor negro desnudo”. Viva la
tecnología.
Por cierto, que le he enviado un guasap a mi
santo y no me ha contestado. “Saca la basura, que huele a pescao”, le he dicho.
Y ahí está al tío, sin moverse del sofá. Como haya silenciado el grupo “Tareas
que nos corresponden a cada uno para el funcionamiento igualitario y paritario
de nuestro matrimonio”, me lo como.
2 comentarios:
Querida Señora Palo, he de confesarle que yo sigo poniendo la tilde en "sólo" cuando así conviene. No sé si hago bien o mal, o si peco de anti evolución. Podríamos crear un grupo de ésos de guasap para debatirlo (y de paso hacer circular fotos de negros, de ésas tan saladas).
La adoro.
Yo también pongo la tilde en "sólo", porque nosotros somos capaces de discutir hasta con la mismísima RAE.
Dentro de poco le veo ocupando el sillón de la K ;)
Besos mil
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