PUBLICADO EN LA VERDAD EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Leo: “En Murcia na más que llueve pa joder”.
Suscribo: o caen cuatro gotas marranucias que sólo sirven para ensuciarte el
coche, fastidiarte la colada y dejarte el pelo hecho una escarola, o cae la
mundial. Sin matices ni escala de grises, o todo o nada, del blanco al negro, del
cero al infinito: en esta tierra de excesos pasamos de los centauros del
desierto a las lluvias de Ranchipur en un quítame allá esas isobaras. ¿No
quieres caldo? Pues toma dos tazas. O diecisiete. Y si puede ser en día de
fiesta, mejor.
Aquí la lluvia es un fenómeno meteorológico
más raro que el rayo verde: llueve tan poco que le compras unas botas de agua
al crío y, el día que se las vas a poner, se le han quedado pequeñas. Aquí la
lluvia es torrencial, caudalosa, violenta; es el cuñao tirándose sobre el plato
de langostinos en Nochebuena; es la Pantoja destrozando las cámaras a los
fotógrafos; es Fernán Gómez mandando a la mierda a un admirador; es Falete quitándose
la faja, es Falete desencadenado. Por eso aquí, cuando llueve, en vez de sacar
los paraguas sacamos las piraguas.
Y, mientras, tú a más de ochocientos
kilómetros, viviendo en una burbuja de pinchos, txacoli, películas y encuentros
felices. Y entonces te empiezan a llegar al móvil imágenes donde ves tu ciudad
inundada, y hasta que consigues localizar a tu familia y asegurarte de que
todos están bien, pasas un rato horroroso. Y te das cuenta de que seguimos
estando a merced de la naturaleza, que mucho llegar a la Luna y mucho lelerele,
pero no han inventado nada para impedir estos desastres. Ni para eso ni para
comer sin engordar o tener batería infinita en el móvil, los que serían los
grandes y auténticos avances de la humanidad. Pero no, aquí mis primos los
científicos se ponen a investigar el efecto de la ópera sobre ratones trasplantados
de corazón, no sea que Mickey Mouse empiece a fibrilar cuando oiga la “Cabalgata
de las Valkirias” y se líe en Disneylandia.
Y para ratificar que en Murcia nada más que
llueve para joder, ahora está cayendo una lluvia dulce y mansa, de la que
limpia las calles y el alma. Efectivamente: llueve suavemente para joderme el
tema de la columna. Q.E.D. Y eso no es una firma, Mariló Montero, sino “Quod
erat demonstrandum”. Que lo sepas.
Mientras en Cartagena caía la mundial, en Donostia brillaba el sol
2 comentarios:
Sí se puede mejorar la situación de la lluvia en Murcia. Reforestando, canalizando. Potabilizando. Evitando que aviones contratados por las aseguradoras de ciertos cultivos dispersen las nubes de tormenta antes de que llueva -y así no se les estropee la cosecha-.
La lluvia en Murcia siempre fue escasa. Pero de un tiempo a esta parte ciertas virtudes humanas más.
Siento el cambio de tono en este comentario, pero es que me duele.
Buenísimo, no obstante, lo de paraguas-piraguas.
Lo vamos a contratar como Consejero de Agricultura y Agua. Arreglar el tema no sé si lo arreglará, pero va a ser el más guapo del gobierno. eso, seguro.
Besos mil ;)
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