miércoles, 24 de septiembre de 2014

Inocencia interrumpida


PUBLICADO EL MARTES 23 DE SEPTIEMBRE EN LA VERDAD

Los padres van a recoger a sus hijos al colegio. Esperan en la puerta alargando el cuello para verlos salir, y sus caras de cansancio y de mal humor desparecen cuando los críos afloran despeinados y con el baby lleno de rayajos de rotulador. Los niños nos curan del desaliento porque son un libro en blanco, una promesa, un viernes de puente donde todo lo bueno está por llegar. Son una crema antiarrugas que elimina los signos de fatiga (la que usaba Papuchi, que engendró al hermano de Julio Iglesias con noventa años) y hasta un complemento de moda, igual que los perros enanos y travestidos que se llevan debajo del sobaco (como si parecer una rata con pelo no fuera ya bastante humillación). Porque ahora hay que salir de casa combinando el pañuelo con el jersey del perro, el color del vestido con la corbata del marido y la ropa de los niños con la de las mamás: la hija de Jessica Alba “es experta en crear sus outfits”, y la de Valeria Mazza “apuesta por un estilo casual para salir con su madre”, mientras que Suri Cruise, las gemelas de Sarah Jessica Parker, los niños de los Brangelinos y los de los Beckham marcan tendencia. Me parto y me mondo. Que los críos prefieran ponerse una ropa u otra es normal, pero de ahí a vestirlos como un Mini Yo o convertirlos en trendsetters de poco más de un metro de estatura, va una caja de Choco Krispies. Aunque hay niños que tienen más criterio a la hora de vestir que Terelu. Y hasta perros.

Lo bueno es que se tarda menos en tener un hijo que en lucir un Birkin de Hermès: nueve meses de gestación frente a dos años de espera. No hay color. Y si ya quieres ir a la última, el complemento más cotizado es un hijo de Alberto Isla. Isla es Spermator: te mira y te preña. No ha cumplido los veinte años y ya tiene dos zagales y otro en plena mitosis, que hay una tipa que dice que se metió con él en un coche y acabó embarazada. Bingo. Yo no me meto con Alberto Isla ni en un ascensor, que todavía soy fértil. Pero lo más inquietante es que Isla, Chabelita y Kiko Rivera también fueron libros en blanco, y ahora están llenos de tachones. Es lo que tiene pasar del lápiz al boli antes de tiempo.

2 comentarios:

Hong Kong Blues dijo...

Ay, no me hable de hijos. Entre los de mi ramo lo que se estila es "encargarlos a un vientre de alquiler" y eso, señora mía, cuesta CIEN MIL EUROS.
Total, que me da para unos cuantos bolsos, y aún me llegan antes.
Disfrute de su retoño, que bien majo les ha salido.
¡Besos!

Rosa Palo dijo...

Ni lo dude: entre un niño y una colección de bolsos, quédese con los bolsos. SIEMPRE.
Un besico.