miércoles, 11 de junio de 2014

Las tetas inesperadas


PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 9 DE JUNIO DE 2014

Isabel II se ha puesto tetas. No, la de Inglaterra no, la de aquí, la hija de Isabel Pantoja,  que también es reina, pero de la copla: Isabel I de España y V de Cantora. Chabelita se ha operado el pecho como símbolo de su independencia, igual que la chaqueta de piel de serpiente que Nicolas Cage llevaba en Corazón Salvaje era símbolo de su individualidad y de su fe en la libertad personal. Chabelita se sentía agobiada, oprimida y enclaustrada en Cantora, una finca de más de 500 hectáreas (tendría miedo a los espacios abiertos, que si no, no se explica tanto ahogo) y, al cumplir los dieciocho, se dio el piro y se puso tetas. En los sesenta, las mujeres quemaban los sujetadores como símbolo de emancipación, ahora se aumentan tres tallas. La liberación era esto. Si Simone de Beauvoir levantara la cabeza, la metía en el horno.

Unas se ponen y otras se quitan: Raquel Mosquera se redujo el tamaño del pecho hace unos años. Y así, reducida gracias a la operación y al Photoshop, ha salido en pelotas en el Interviú. Y es que el día que Terelu fue portada de la revista, se abrió la caja de Pandora. Comenzó la democratización del desnudo, una segunda transición basada en la aparición de tetas que nunca hubiéramos esperado ver, y ahora vienen las madres mías, claro. “¿Que la Mosquera has salido en pelotas? ¡Madre mía, madre mía!”, dice mi santo. ¿Ven?

A Mosquera el Interviú le ha salido vintage, porque su belleza no es de este mundo ni de esta época. Mosquera es un personaje de “La Colmena”, curvilínea y rotunda; es la peluquera pícara pero pudorosa que se tuvo que tomar dos mojitos para relajarse y despelotarse, y puso como condición durante la sesión fotográfica no quitarse la parte de abajo, siguiendo el consejo de Cecilia Roth en Pepi, Luci, Bom: “Hagas lo que hagas, ponte bragas”.

Tan inesperado es que una chiquilla se ponga tetas como que una casta las enseñe. Son formas diferentes (y raras) de liberarse. La mía es quitarme la faja, y con eso me vale, que yo no me opero ni loca porque sé que cuando haces pop, ya no hay stop. Empiezo por las mamellas y acabo rajándome entera. De poder ponerme, me pondría un poco más de cerebro. O un mucho, que falta me hace. Pero, por desgracia, eso no está en el catálogo de Corporación Dermoestética.




2 comentarios:

Hong Kong Blues dijo...

Que unas tetas sigan generándonos debate resulta sublime. Me encantó la portada de la Mosquera, y ahora quiero que aparezca la Bombi.
Y siguiendo con la lista de deseos, que las FEMEN inunden las calles de este país.
¡Viva usted y su cerebro!

Rosa Palo dijo...

¡La Bombi! Es usted la memoria viva de este país. Y yo también soy muy proFEMEN, a pesar de que no me hayan dejado entrar porque soy de teta caída.
A sus pies (magníficamente calzados)