miércoles, 11 de diciembre de 2013

Aislamiento


PUBLICADO EL MARTES 10 DE DICIEMBRE DE 2013

Por motivos ajenos a mi voluntad, llevo dos meses más aislada que John Travolta en “El chico de la burbuja de plástico”, que casi luzco ya el mismo pelucón que el ínclito en el telefilme porque no he tenido tiempo ni de cortarme las puntas. “Pareces Jose Mari Bakero, hija”, me dice mi santo, en su línea calamara de honestidad brutal. Pues sí, mira, es lo que tiene que te aten a la pata de la mesa, que te crece el pelo a lo vasco y se te desparrama el glúteo por no levantar el culo de la silla, tanto que al final voy a acabar pagando dos asientos en Ryanair.

Pero a pesar de pasarme todo el día pegada al ordenador, no me entero de lo que ocurre fuera de las cuatro paredes de mi mazmorra, porque sólo pillo algún que otro titular al vuelo y ya no distingo entre los reales y los de El Mundo Today, que me tiré tres días convencida de que un asturiano había ascendido a la estratosfera para escanciar bien la sidra. Las redes, ni tocarlas: se me han acumulado más invitaciones en Facebook que a Urdangarín citaciones judiciales. Y por salud mental he tenido que silenciar los grupos de Whatsapp, que no hay nada más reconfortante que estar currando durante el puente y encontrarte el teléfono lleno de “¿A qué hora quedamos para comer?”, “Prontico, que así empezamos antes con las cañas”, “¡Eso, eso!”, todo ello aliñado con iconos de fiesta, cervezas y sonrisas, que las lágrimas ya las pongo yo cuando los leo. Qué poco solidarios, de verdad.

Así que aquí estoy, más apartada que el probe Miguel, que hace mucho tiempo que no sale, hartica de sandwiches de jamón york engullidos sobre el teclado del ordenador y soñando con un cocido con pelotas. Pero lo mío es un aislamiento temporal, que no es el síndrome de la Moncloa, Dios me libre. Y ahora que lo pienso, la única insolidaria soy yo, quejándome porque tengo mucho trabajo mientras que hay gente que va a pasar el puente debajo de un ídem porque sigue en el paro. Si es que no aprendo. Además, esta racha de curro tiene fecha de caducidad, que para Navidades regreso al mundo exterior. Esperen ¿para Navidades? ¿Con los villancicos, los turrones, las cenas y los cuñaos? Pues me vuelvo a la burbuja, que ya saldré para las rebajas.

1 comentario:

Hong Kong Blues dijo...

¡Que ese aislamiento le reporte inmejorables frutos!
¡Pero ojo con el desparrame, practique gimnasia pasiva! ;-)