miércoles, 23 de octubre de 2013

Embelenamiento


PUBLICADO EL MARTES 22 DE OCTUBRE DE 2013

Me dormí. Sí. Tal cual. Toda la semana esperando el regreso de la Esteban y al tercer “Me veo bien” me quedé clisá. Qué quieren: a veces el cuerpo se rebela. El mío y el de Belén, que durante su ausencia de la televisión ha cogido 18 kilos. Para su reentré, los envasó al vacío en un vestido comprado en Delito y Castigo, la tienda multimarca y multicarísima para chonis venidas a más y de la que Obregón es cliente VIP. También es posible que Esteban no tuviera mucho donde escoger, porque como Obregón va a interpretar a una general en una peli estilo “Homeland” (dicho por la mismísima, que servidora es incapaz de imaginar tamaño despropósito), se ha llevado toda la línea militar-putónica de Versace y ha dejado los percheros temblando.

Embutida y recauchutada, Belén habló de su situación, de su psicoterapeuta (que habrá tenido que tirar de hemeroteca para poder hacerle el historial clínico) y de lo bien que estaba. Y hasta ahí puedo escribir, porque servidora se adormiló en el sofá. Sólo me espabilé cuando oí “Me he hecho de un liberalismo…”, y se me representó la Esteban como nuestra Sarah Palin patria liderando el Café con Leche Party, o sustituyendo a Rodríguez Braun como analista de economía. Pero no, lo del liberalismo es porque la muchacha se ha frungido a unos cuantos en Benidorm, esa tierra de perdición cuna de Mª Jesús y de su acordeón, “que en Benidorm me he quitado el turbante”. El turbante y todo lo demás, que tiene hasta juguetes sexuales. Dos, en concreto. “Cosas para animar el ambiente”, suelta la liberada. “¡Confeti!”, dice Jorge Javier. La cosa estaba entre el consultorio sexual del “Nuevo Vale” y una revista de Luis Cuenca. Y otra vez a roncar.

Entre sueños oí “Andrea”, “Campanario”, “la Reme”, “Jesulín”, “Fran”… el eterno retorno de lo mismo. Esteban y sus fantasmas. Esteban y sus Variaciones Goldberg. Pero da igual, porque el “De Luxe” tuvo más de tres millones de espectadores. No sé qué porcentaje estábamos durmiendo, pero lo cierto es que, víctimas del embelenamiento, teníamos el programa puesto: para verla, para criticarla, para escribir columnas, para comentarlo en la peluquería o para que nos acunara en una noche de otoño. Me eché una mantica por los pies, seguí dormitando. Y cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí. Ah, no, que era Víctor Sandoval. Acabáramos.

1 comentario:

Hong Kong Blues dijo...

Por fin entiendo a qué se refería cierto "insigne analista" cuando dijo recientemente que en España se había terminado la época de las "Vacas Flacas".
Si al final todo cuadra. Y, por supuesto, la Esteban sigue siendo el barómetro de esta Is-Pain nuestra.
¡Besos!