PUBLICADO EL 4 DE JUNIO DE 2013 EN LA VERDAD
Ya
no veo tres en un burro: cotilleando en el kiosco, no reconozco a las dos
señoras que aparecen en la portada de ¡HOLA! Me pongo las gafas y sigo sin
reconocerlas: ya está, tengo cataratas. “¿Qué miras, a la Prisly y a la
Bordiú?”, me suelta la kiosquera. ¡Acabáramos, si son las ínclitas! Llevan las
tías tal desenfoque gaussiano que el de retoque digital se tiene que haber
hecho una lesión en el túnel carpiano: cuántas horas se habrá pasado la
criatura borrando las patas de gallo, los surcos nasogenianos, las huellas de
años de tomar el sol en yates y las arrugas que se te forman en el entrecejo
cuando no te decides entre el Saint Laurent o el Dior. Total, para que luego
llegue el redactor y les ponga de titular “Isabel y Carmen, las dos mujeres del
momento”. Del momento de la formación de los Pirineos, supongo.
Y es que, aunque hoy las ciencias adelantan que es una
barbaridad, para
servidora no han avanzado lo suficiente: tendrían que inventar un Photoshop real
para quitarme la molla del brazo, que parezco un murciélago volador cuando le
echo sal a la ensalada. O para deshacerme de la celulitis, que dice mi santo
que tengo un culo como la luna, pero por los cráteres. O para darle a este país
un retocazo y dejarlo nuevo, que ya lo apuntó Alfonso Guerra: “A España no la
va a conocer ni la madre que la parió”. Guerra se equivocó en el sentido, pero
no en la profecía, porque esta España nuestra ya no sé ni quién es de lo
arrugá, lo vieja y lo triste que está. Le metía yo un tampón de clonar y dos
filtros y la dejaba al pistón. Por cierto, Guerra está en plan folklórica
haciendo bolos para presentar su libro de memorias, que después de verlo con
Pablo Motos y las hormigas sólo le falta salir en “Qué tiempo tan feliz”, con
la Campos y con los ex triunfitos cantando una versión regaettona de La
Internacional, “Arriba los pobres del mundo, que tienen mucho flow”. Todo sea
por vender, que las memorias de Bono ya han salido y las de Zapatero están en
el horno. Pero Guerra tiene que refrescar el repertorio de chistes, porque lo
de comparar a Aznar con Drácula se lo he oído ya tres veces. Y el pobre Drácula
no tiene la culpa.
> Aquí, la prueba del delito, de que no hay que beber antes de retocar una foto, de que Benjamin Button existe y le gustan las lentejuelas o de que, en algún momento, estas señoras serán más jóvenes que sus hijas y habrá una fractura espacio-temporal que traerá el fin del mundo.
1 comentario:
Lo más triste de todo es que después de horas de retoque la preadolescente de la izquierda aún parezca un anuncio de Faja Vulcan.
Yo estoy por el retoque bizarro, por el de terminar pareciendo un Manga. Si no, para qué.
Cómo me ha gustado lo de la "formación de los Pirineos", jaja
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