PUBLICADO EL 19 DE JUNIO DE 2012 EN LA VERDAD
Todos los años me pasa lo
mismo: es salir el número de ¡HOLA! que recoge la fiesta anual ofrecida por Carlos
de Inglaterra a los Porcelanosos y escribirme encima. Pero este año me escribo
más que nunca tras leer las palabras de Tamara Falcó Preysler: "Es posible que antes desprendiera una
imagen más despreocupada, porque era cierto. No había encontrado mi
espiritualidad. Pero hace un año cambió mi vida por completo al reencontrarme
con mi religión". Estas declaraciones no las hace en la puerta de Cáritas,
sino en el palacio del príncipe Carlos en Escocia, y las remata en la fiesta de
Möet & Chandon: el año pasado acudió a la Feria del Libro (hecho ya
sorprendente en sí mismo) y el único título que le llamó la atención fue La
Biblia; no sé si era la versión ilustrada para niños, no me pregunten. Tras
leerla, comenzó a ir a misa y a rezar el rosario con unas amigas. Y eso me
admira: otra puesta en cumplir hubiera dicho que le cambió la vida leer “El
secreto”, “El alquimista” o cualquier otro libro de autoayuda (autoayuda para sus
autores, que se han forrado escribiendo chuminás) o que, tras conocer a un gurú
indio y practicar el Bikram Yoga, un nuevo camino se había abierto ante sus
ojos. No, Tamara ha vuelto a la Iglesia, que si algo bueno tiene el catolicismo
es que lo mismo
se te aparece Dios entre los pucheros y las ollas que entre las copas de champán.
Las religiones hay que saber elegirlas.
8 comentarios:
No puedo mas que comentar que #olesupija
Ole! Besos
Mery tienes toda la razón. Merece un gran #olesipija!!!
#olesupija ya es TT en mi blog
Yo la veo muy María Magdalena. Pero claro, como ese cargo ya está pillado, quizá pueda cambiar Magdalena por Sobao.
Abrumado estoy por la noticia y por tan genial post.
Voy a ver si puedo customizar un hábito en plan Ga-Ga para la vulcanonización.
¡BESOS!
¡NO PIENSO PISAR NUNCA MÁS LA FERIA DEL LIBRO!
Querido Mr. Kong, hable con Manoli y vayan poniendo en marcha la línea de hábitos, que seguro que tiene salida entre las pijas de Serrano. Nos la fotografía Scott SChuman y triunfamos. Ponemos una tiendecica de ropa talar y a vivir, que son dos días.
Le quiero, le adoro y le compro un loro.
Estimado San Piticli: YO TAMPOCO. O, por lo menos, hasta que Mr. Kong no publique su novela.
Qué guapo estaba usted fregando, por cierto. ¿Era una penitencia?
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