martes, 24 de mayo de 2011

De Comuniones y otros sacramentos

Mi suegra, además de ser una señora estupenda, de enseñarme a hacer caldo gallego, cuidar de mi hijo y compartir lecturas de Henning Mankell, también es mi guía espiritual. Cuando en mi oscura noche del alma valoraba la posibilidad de casarme por lo civil, me hice la siguiente reflexión: ¿tengo cojones de decírselo a mi suegra? La respuesta fue NO, por lo que me casé por la Iglesia, de blanco y de Jesús del Pozo.

Mi suegra ha sido el báculo que ha mantenido mi fe a lo largo de los años, y lo digo en sentido literal: si no llego a bautizar mi hijo me hubiera dado con el báculo en la cabeza, por lo que ahora, que llega el momento de decidir sobre la Comunión, huelga decir que aún no he reunido los arrestos suficientes para plantarle cara a una gallega (¡y de El Ferrol!). Y miren, ya puestos prefiero que mi guía espiritual sea la madre de mi marido a que lo sea Paulo Coelho, Jiménez Losantos o la Sagrada Orden de los Caballeros Jedi.

Así que, tras decidir libremente que el niño va a comulgar, me enfrento a otra serie de cuestiones de gran altura teológica para las que espero haber encontrado respuesta:

- La Catequesis: ¿Cómo conseguir que un niño acuda durante dos años a unas charlas más intensas que el coloquio de La Clave? Pues volviendo al latín para convencer a los críos de que están haciendo el curso de acceso a la escuela de Harry Potter (sinceramente, es más fácil que crean que si dicen lacarnum inflamarae van a salir llamas de una varita que entender el hecho de que Dios sea Uno y Trino).

- Lista de Comunión: Sí, ahora ustedes también lo ven mal, pero no se me ocurre qué hacer cuando le regalen a mi hijo seis Biblias de tapa nacarada (muy útiles si eres dueño de un motel en EEUU) o cuatro juegos de desayuno decorados con los niños de Ferrándiz, aunque al paso que vamos es posible que saquen uno de Bob Esponja comulgando con una Burguer Cangre Burguer.

- El traje: ¿Tiene usted una hija? Pues prepárese. Si la ha educado como Dios manda, le pedirá un traje de Devota y Lomba (que los hay, ya lo creo que los hay) y le dejará la tarjeta de El Corte Inglés temblando; si la ha educado como ha podido, le pedirá una versión del traje disco-dance de las Bratz, con su top y su minifalda (en blanco, eso sí), y comulgará convertida en una extraña mini-choni virginal. Si tiene un hijo, es aún peor, porque tendrá que elegir entre tres opciones incompatibles con la dignidad infantil:

- con corbata y blazer, tal cual el hijo pequeño de Norma Duval cuando nos felicitaba las Navidades en familia desde el ¡HOLA!

- de fraile (imprescindible completar el look con un estilismo capilar a lo Marcelino, pan y vino)

- de almirante: en caso de elegir esta última opción, ruego de todo corazón que degrade a su hijo y lo vista de marinero

- Las fotos de los recordatorios: ¿Su hijo ha ganado un Oscar? ¿No? ¿Entonces por qué piensa que puede expresar en su rostro toda la emoción que siente su alma al recibir el cuerpo de Cristo por primera vez? Lo más probable es que salga con una cara más ida que el Artista Antes Conocido Como Paquirrín volviendo de un after. Así que olvídese de reclinatorios, columpios, flores de plástico y demás excesos kitsch (a no ser que pueda contratar a David LaChapelle o quiera regalarle a Alaska y Mario una foto para su salón) y hágale la foto lo más natural posible. Y no, por mucho que el crío sea del Real Madrid, no consienta en fotografiarlo vestido con la equipación y una Biblia en las manos o parecerá Kaká.

- El convite: ¿Lleva ya 60 invitados y no sabe como parar esto? Mi consejo: si quieren que la celebración sea lo más íntima posible, que el niño haga la Comunión a las cinco de la mañana. Oigan, no pasa nada: Campanario y Jesulín bautizaron a su hija a las once y media de la noche para salvaguardar la exclusiva, y Lola Flores y el Pescaílla se casaron a las seis de la mañana "para evitar problemas". Siempre hay que aprender de los maestros.

Resueltas las cuestiones de orden práctico, sigo maldiciendo que mi falta de carácter me impida plantarle cara a mi suegra. ¿Y su marido?, se preguntarán ustedes, ¿no dice nada? ¿Mi marido? Le confesó a su madre que fumaba ¡a los 35 años!

16 comentarios:

smart dijo...

jajajajajajajaja. Lo que me he reído yo leyendo este post sólo lo sabe mi ordenador.
Buenísimo, pero la señora de El Ferrol ya no es la que era. Ahora ya no se impondría como antaño, sólo le darías el mismo disgusto que si mi hija me pide a mí cualquiera de las opciones de vestido que nombras.
Genial, simplemente estupendo.

A ver, cuando nos sorprendes con un post en inglés.
Besitos y nos vemos este finde.

Anónimo dijo...

Muy bueno, sí señora.
No se olvide del fondo de armario de la abuela. Igual aparece un traje del Padre Damián (que todavía no se quién es) que le queda como un guante. Qué bonito seria que padre (y tíos) e hijo compartieran ese pedazo de corazón en el pecho, como si de una orden de templarios se tratara (la Gran Orden de los M.) Tengo que hablar con su esposo y ya mismo me pongo en ello.
Saludos desde el Maresme.
Antonio

Rosa Palo dijo...

Smart, escribiré un post en inglés cuando me llamen de "The Guardian". Por ahora, sólo maltrato un idioma. Y su hija le pedirá el de Devota y Lomba, sin duda. UN besico.

Rosa Palo dijo...

Querido Antonio, ciertamente un traje de fraile vintage sería lo más de lo más, pero puede que los niveles de popularidad de mi hijo cayeran en picado. ¿Por qué someterlo a tamaña prueba? ¿La superaron usted y sus hermanos o se quedaron sin amigos el día después de la Comunión? Creo que su hermano menor preferirá la opción Kaká.

Besicos desde el cantón.

Anónimo dijo...

No dejas de sorprenderme,eres realmente buena escribiendo y más mala que Muriel, pensando.

Rosa Palo dijo...

Tengo buenos maestros ;)

Piticli se explaya dijo...

Aún me sigue costando aceptar esa realidad paralela que se llaman comuniones: rito iniciático a un mundo en el que, una vez superada la prueba, nadie quiere estar (y en esto hago más caso a los índices de asistencia dominical que a las encuestas que presenta la Conferencia Episcopal).

La mía fue de tapadillo, es lo malo de ser el cuarto hermano: ya no hace la misma ilusión y el presupuesto va a acorde. No sólo llegamos tarde (tirando por la borda mis sagrados viernes tarde sacrificados semana tras semana), sino que ni tuve convite, ni recordatorio ni fotógrafo. Y sí, fui vestido cual hijo de Norma Duval (qué fue de estos chicos? no hay nadie que quiera hacer periodismo de investigación del bueno?).
Este domingo, comiendo con mi familia en un restaurante "de alto copete", estaban celebrando una comunión en la que... tenían orquesta... y el agravio comparativo no me dejó opinar objetivamente...
Y sin más robar más tiempo para el protagonismo personal, sólo me queda decirle... QUE GRANDE ES USTED!!! (y con qué ansia espero que escriba su próximo post).

Hong Kong Blues dijo...

Hay un consejo que siempre doy a determinados pacientes: evite exponerse a situaciones susceptibles de violencia. Ahora le digo a usted: nunca comunique determinadas decisiones a una suegra gallega si no es por Burofax desde Nueva Zelanda.
¡Ay! ¡El tema comuniones! Son tan adorablemente Kitsch e innecesarias...
A veces me da pena que en mi entorno nadie se case, bautice y menos aún comulgue. Lo más parecido a eso es que una AMIGA ahora sale con la HIJA de su antigua catequista. ¿Eso cuenta?
Por lo demás, mi comunión fue un despropósito como tantas otras. No me alargo, que daría para una serie, pero sí diré que tuve dos grandes recordatorios:
1- aparecía en un campo de espigas falso, sin gafas (soy estrábico y requiero lentes, así que imagínese)y con un bigotillo incipiente. Comentario UNÁNIME: qué mono, parece Freddie Mercuty de joven.
2- sujetaba (también sin gafas) una paloma disecada, arrodillado en un reclinatorio de porexpán que amenazaba con desmoronarse al ritmo de mi también incipiente sentido del honor.
Y todo, todo, en Murcia.
Como para no estar traumatizado.
Un abrazo enorme La adoro.

Anónimo dijo...

Sra. Palo, no olvidemos los adornos capilares de las ñiñas. En el 77 se llevaba el "casco". Hay algo más horroroso?. Mi madre,¡niña el pelo largo para la comunión!. ¿Pa´ qué? Parecía la hormiga atómica, pero con vestido y raso. ¡¡Que no vuelva esa moda, Por Dios!!

Anónimo dijo...

Casi cualquier cosa, menos vestirlo de Victor Manuel cantando a su abuelo minero.

Rosa Palo dijo...

Mi querido Piticli, sólo los grandes llegan tarde a su propia Comunión. Y, digo yo ¿para qué quiere fotos y recordatorios de tan nefasto día? ¿Para que le pase lo que a Mr. Kong, que tiene fotos suyas repartidas sobre televisores de distintos pueblos de Murcia y que en cualquier momento está a merced de que a una tía abuela se le ocurra hacerse internauta y suba sus fotos de Comuníón al Facebook? ¡Con lo que le está costando a la criatura superar su pasado murciano!

Rosa Palo dijo...

Mi querido Mr. Kong:
- cuéntenos, por favor, la historia de la hija de la catequista y su amiga. O mejor aún: intente ir a las catequesis, a ver qué dice de según qué temas
- lo mejor que puede hacer para desactivar la posibilidad de que su tía abuela arruine su vida publicando sus fotos de Comunión es que usted se adelante a la juagada y las subaste: con el enfoque adecuado, tipo "de una niñez terrible a icono de la moda", se forra. Y recuerde: Tom Ford también tenía granos cuando vivía en Texas.
Les adoro a los dos, juntos y por separado.

Rosa Palo dijo...

ANónimo 1: entiendo que, tras ese trauma, no quiera que su hija haga la Comunión.

Anónimo 2: si su comentario se basa en hechos reales, desarróllelos, por favor.

Carmona Dixit dijo...

Doña Palo, mis padres van a ir al infierno, aunque para mí se ganaran el cielo.

¿Pues no que me preguntaron si quería hacer la comunión cuando por aquella época era sí o sí?

Se ve que por entonces ya era muy poco avispada y mis progenitores ahorrativos en lo concerniente a gastos improductivos.

Desde el averno les agradeceré eternamente que evitaran la circulación de una foto mía vestida de merengue y aderezada con las más que probables costras en las rodillas.

Tan desternillante como siempre, doña Palo. Si estuviéramos en EE.UU. ya le habrían llovido multitud de denuncias por mandíbulas dislocadas.

Rosa Palo dijo...

Carmona, si no ha hecho usted la Comunión no puede participar en este foro. Sólo admitimos a personas humilladas. En cualquier caso, si quiere hacerla, ahora es el momento: puede coger ideas de la celebración de la boda de Olvi y Marito y reconvertirla.

Carmona Dixit dijo...

¿Con una cámara de MTV? Ni hablar del peluquín.