lunes, 12 de noviembre de 2007

La vuelta de "Tómbola"

Pues estoy yo tan tranquila en mi casa el sábado por la noche (desde que estoy quitada de todo ya no salgo, pa qué) y voy y descubro que "Tómbola" ha vuelto. Sin avisar, así, por las bravas. Y además en plan remake, porque me encuentro al Rey diciéndole a Chávez aquello de "¡que te calles, Karmele!". Impresionante. Me quedo traspuesta y compruebo que es una cumbre tombolérica con todas las letras, con la Bachelet llegando tarde a poner orden (igualica que Ximo Rovira) y Zapatero en plan Lydia Lozano (por aquello de los ojos claros, porque el chal seguro que lo lleva mucho mejor él, dónde vas a parar). Vamos, un "Tómbola 2: el Regreso" en toda regla.
Y es que la influencia del tombolerismo en el panorama político es mucho más profunda de lo que parece, y gracias a ella la clase política ha aprendido cómo funcionan los entresijos de las exclusivas y la diferencia entre un robado, un robado-pactado y un posado-pactado: mientras Chávez da titulares a diestro y siniestro con la intención de crear expectación y tener así más público para su programa "Aló presidente" (igualito que la Esteban, que va dejando caer miguitas y sólo pone a caldo a la Campa en "A.R." - "yo sólo hablo en mi programa, ¿sabes?"-), el Rey se larga en cuanto Ortega abre la boca en claro y merecido homenaje a Chábeli, musa e impulsora de este movimiento. Es decir, una muestra clara del post-tombolerismo y su herencia transversal. Porque el sistema rosa se extiende como el universo, que se expande, o como mi celulitis, que también se expande: hay políticos que sólo conceden entrevistas a los periodistas de su rollo (como I.P. a Chelo García Cortés), que utilizan un populismo desmedido al más puro Rocío Jurado, que cuentan unas pelis que pa qué pensando que el público es tonto, que sólo están simpáticos con los periodistas cuando están en promoción-elección como si acabaran de sacar un disco o que ponen a caldo al otro para salir más en los medios. Y gracias a internet el sistema ya se expande del todo y a una rapidez pasmosa, y navegando por la red te encuentras con todo tipo de ramificaciones tomboléricas, como el "outing" cachondo que se le ha hecho a Chávez para que salga del armario (cosa que no me extraña nada porque está hecho una folclórica). Y yo en este caso estoy de acuerdo, mire usted por dónde, pero no en que salga del armario gay, que es una cuestión personal, sino en que salga del armario de los dictadores que se disfrazan de demócratas. Ése sí que es un "outing" que sirve para algo. Pero ésa es otra historia.
Y por si fuera poco el tombolerismo vuelve coincidiendo en el tiempo con el 30 aniversario del punk (se celebran los 30 años del "Never mind the bollocks" y los Sex Pistols se embarcan en una gira para hacer caja), coincidencia que no es casual puesto que ambos movimientos se confunden y se solapan entre sí compartiendo desde actitudes (insultos, desplantes, broncas, provocaciones o cortes de manga -recuerden el que hizo a los periodistas la Duquesa de Alba, una genuina antisistema-) hasta atuendos (la secreta adscripción al post-punk de Jaime Cantizano es lo único que puede explicar sus estilismos en "Dónde estás corazón"). Y al final las sinergias entre ambas tendencias y su influencia en la política terminan con un Chávez que parece un cruce entre Karmele (que lleva un rollo bastante Vivienne Westwood, ahora que caigo) y Sid Vicious. Y como Chávez está hecho un punki, pues nada, que God save the King.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lamento perfilar el parecido de Cahvez, creo que es mas bien un cruce de razas suburbanas entre Carmen de Mairena por la hinchazon generalizada de todo su rostro, incluidos esos labios carnalmente desfigurados y esa ansiedad de captar la atencion aunque sea haciendo porno publico, y JJ Santos por la obsesion que atesora en la cabezoneria cambiante de los ideales que se mezclan con el tiempo que les toca ganar.

Rosa Palo dijo...

Qué bueno que volviste!