miércoles, 9 de abril de 2014

Drive


PUBLICADO EN LA VERDAD EL 8 DE ABRIL DE 2014

Pertenezco a ese selecto grupo de tontos que tiene carnet de conducir pero no conduce. Me gustaría más pertenecer a ese selecto grupo de listos que no tiene carnet de conducir pero sí chófer, pero como no tengo perras para pagarlo y mi santo ya me ha dicho que está hasta las bujías de llevarme y de traerme, “que sólo te falta ponerme gorra de plato y llamarme Wilson, hija”, voy a tener que dar unas clases de refresco.

Tener carnet y saber conducir no es la misma cosa: miren a Tamara Falcó, que no gana para guardabarros y tiene el carnet con menos puntos que España en Eurovisión. O a Esperanza Aguirre, que sí sabe pero que hace una reinterpretación libre de las normas de circulación, que para eso ella es un verso suelto, la dueña de Madrid, la más chula de las chulapas. La calle sería de Fraga, pero el carril bus es de Esperanza. No, eso es lo que pensamos usted y yo, que somos unos malos, pero no es verdad: Esperanza es una abuela entregada que se ha comprado un coche de siete plazas para llevar a sus nietos, la pobre, que la tienen todo el día de acá para allá, que si acompaña a los niños a esgrima, y ahora a hípica, y después a Baby Dior a renovarse el vestuario, que hay que ver cómo crecen los condenados y los abriguitos de marta cibelina del invierno pasado se les han quedado pequeños. “Soy una sexagenaria rodeada por seis agentes de movilidad”, dice la tía. Una yayoflauta perseguida injustamente por las fuerzas del orden. Acabáramos.

Lo que yo no sabía que para ser agente de movilidad en Madrid tienes que pasar un casting: “Espero por lo menos que fueran apuestos los que la rodearon”, dice Mariló Montero. “Sí, sí, no estaban mal”, responde Esperanza, para deleite de mariliebers y espeliebers. Mariló y Espe juntas son como Thelma y Louise; las veo en un descapotable recorriendo España con el maletero lleno de baúles de Louis Vuitton y la poli pisándoles los talones, qué risa, tía Felisa, la versión road movie de “Un país en la mochila”. Y, después, para petarlo del todo, Esperanza podría salir en “Mira quién baila” marcándose un chotis. Porque en “Mira quién se salta las normas de tráfico a la torera” ya ha salido. Y ha sido un éxito.


1 comentario:

Hong Kong Blues dijo...

Siempre pensé que la Esperanza se te presentaba de golpe, y que de golpe también podía desaparecer. Lo que no imaginaba es que en Is-Pain la Esperanza no fuera una Musa ni una Deidad, sino una impresentable casposa y clasista que desprecia al vulgo.
Quizá lo que debería sorprenderme en realidad es mi ingenuidad.
Porque nada más acertado que España en vez de Esperanza tenga Esperpento.
¡La adoro!