miércoles, 8 de mayo de 2013

Arroz con pulpo


PUBLICADO EL 7 DE MAYO DE 2013 EN LA VERDAD

¿Ha probado usted a hacer una paella con los amigos? Entonces ya sabe lo que pasa, que se juntan todos alrededor del arroz con un quinto en la mano y empiezan a dar su opinión: pues a esto le falta caldo, pues está duro todavía, pues se está quemando por el centro. Y siempre hay uno que quiere echarle un botellín de cerveza, claro. Así sale la paella.

Y es que cada español lleva dentro un maestro arrocero, un entrenador y un tertuliano. Todos menos yo, que se me pasa el arroz, que no tengo ni flores de fútbol y que mi docta opinión se reduce a criticar al roserío: me sacas de la Pantoja y me quedo en ná. En cambio, tertulianos hay a punta pala: pongo la radio a primera hora y ellos ya están ahí, con ese ímpetu, con esa ganas de bronca, con esa seguridad, tan súper vitaminados y mineralizados como si hubieran desayunado los cereales de Súper Ratón. Pero luego sigue la cosa hasta la noche, que cuando haces pop ya no hay stop, y pongas el canal que pongas aparecen de nuevo, bendecidos con el don de la ubicuidad, con el de llevar la camisa recién planchada y con el de la sapiencia, que de todo saben estos Tertulianos Sin Fronteras. Envidia es lo que tengo: yo ando todavía debatiéndome entre si Letizia iba mal o sólo regular a la fiestuqui holandesa mientras que ellos lo tienen todo clarísimo, desde la receta económica para salir de la crisis hasta cuánto caldo hay que echarle a la paella. Y si hay alguno que duda o que muestra el más mínimo atisbo de sentido común, le largan un ¡zas! en toda la boca.

Dirán ustedes lo que quieran, pero “Sálvame” al lado de esto es el Círculo de Viena, que al menos ellos ponen en práctica lo de "No sabemos: solo podemos conjeturar”. Y así pasan la tarde, conjeturando acerca de si Olvido Hormigos se ha enrollado con tres o con cuatro. En cambio, los tertulianos políticos se enquistan en su monólogo y no hay quien los saque de ahí. Al final, el éxito de los programas de debate será el mismo que el del arroz, que hay que servirlo a las 4 de la tarde cuando el personal ya está pedo y muerto de hambre. Y como estamos ya más pallá que pacá, nos tragamos cualquier cosa. Si no, no se explica. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hija mia! esto de presionarte en el arroz te lo hacen por tu bien, por si decides ir a Master Chef en la próxima edición.
El arroz buenísimo y tú más!!!
Dice papá que como el arroz era para él y a él le encantó, nosotros si que repetiremos.
Besos, mami.

Hong Kong Blues dijo...

Pues va a ser verdad: todo español lleva a un arrocero y a un tertuliano dentro. Menos PITICLI, que no cocina ni en defensa propia.
Ay, qué nivel el de este país.
¡BESOS, MAESTRA!

Rosa Palo dijo...

Ay. si es que madre no hay más que una! Pero yo a Master Chef no voy, que me da miedo Pepe Rodriguez, con ese tinte de pelo tan oscuro y esa mirada asesina

Rosa Palo dijo...

Piticli no cocina? No me extraña, todo el día el pobre viendo las cosas tan extrañas que echan a los alimentos... eso le quita la gana a cualquiera! Menos mal que tienen a lady Laca llevándoles tuppers de cocido con pelotas.

Piticli tertuliando dijo...

El que vale, vale y el que no para tertuliano (de lo que sea: político, fútbol, corazón, bricomanía... ).