viernes, 28 de septiembre de 2012

"Mondo cani": el regreso de los tróspidos

PUBLICADO EN DETELE.ES EL 21 DE SEPTIEMBRE DE 2012

El trospidismo llegó para quedarse. Una nueva entrega de “Mondo cani”. O perri, o zorri o lobi, que para las madres todas las candidatas son de ese género. En cambio, sus hijos son cariñosos, buenos y amigos de sus amigos (claro, no van a ser amigos de los míos, que no los conocen de ná). Y venga de reír con la segunda entrega de Quién quiere casarse con mi hijo”.
La presentación de los candidatos ya prometía, y anoche se cumplieron las expectativas:
Isidoro, vendedor ambulante y manchego (ser manchego debe de ser una profesión nueva que desconozco). Para vender zapatos, Isidoro se pone camiseta con escote “pa que se me note el morenito” (aunque usted ya sabe, querida amiga, que nunca se debe fiar de un hombre que luce más escote que usted); para salir, camiseta con lentejuelas y, para buscar novia, smoking con fajín y pajarita violeta.
Isidoro conduce un Mercedes con un mini perro a lo Paris Hilton en el regazo: los guionistas de Algo pasa con Mary podrían hacer algo con eso, fijo. Isidoro afirma que es del montón, pero con clase, algo que rubrica diciendo que clasifica a las mujeres como equipos de fútbol: si la chavala está buena, un Barça, si no, un Numancia. Como si te piropeara José Ramón de la Morena...

miércoles, 26 de septiembre de 2012

iDiota


PUBLICADO EL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2012 EN LA VERDAD

C., mi exjefe, me ha hecho un Mazagatos: me ha dicho que me sigue pero que no me lee, que ya sabes tú que a mí eso de la cosa rosa no me va, aclara. C., cegado por el brillo de Abascales y Preyslers que aparecen de vez en cuando en esta columna, todavía no se ha dado cuenta que de lo único que hablo es de mí: “Escribe sobre lo que conoces”, le dijo el Profesor Bhaer a Jo March en Mujercitas. Y no hay nada que conozca mejor que yo, que de política internacional ni flores, oiga, pero sobre los motivos por los que me sienta mal el guacamole puedo escribir un tratado. Y den gracias a que me ha pillado mayor, que si no sería una “egoblogger” de las que se fotografian con el Submarino Peral al fondo enseñando los botines de Isabel Marant.

Yo soy egocéntrica porque el mundo me ha hecho así: tengo un iPhone, un iPad, un iPod, un iMac y un iPlus. Y cada día soy más iDiota, porque a mi iLoquesea llegan tantas cosas que no me entero de nada. No es que no sepa separar la información de la opinión, es que ya no distingo una noticia real de una de “El Mundo Today”. Vivo en un batiburrillo de titulares jugosos, entrecomillados explosivos, tuits ingeniosos, publicidad encubierta (o no) e invitaciones a eventos de gente que no conozco, y luego pasa lo que pasa, que una niña holandesa de 16 años convoca su fiesta de cumpleaños por Facebook, aparecen 4.000 personas y se arma la de Dios porque no hay panchitos para todos. En mi hipertrofia informativa, mi hijo ha capturado en su Nintendo a un Pokemon llamado Alcalde de Orense, Albacete quiere la independencia porque hablar como los de “Muchachada Nui” es un hecho diferencial y el Ministro de Cultura afirma que el cine no es cultura sino entretenimiento. Ah, esperen, que esto último… Vale.

Como dice Baudrillard, el exceso de información desemboca en desinformación o, como dice mi kioskera, “al final, con tantos canales no veo ná”. Así que, si acabo iDiota perdía, no le echen la culpa al hecho de que me despepite con “Quién quiere casarse con mi hijo”: “Mama, depílame el culo que no me veo”. “Cómo te voy a depilar el culo si te estoy haciendo la merienda”. Y aquí no es posible confundir el culo con las témporas. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Bacio la mano



PUBLICADO EL 18 DE SEPTIEMBRE DE 2012 EN LA VERDAD

1972 fue un año de lo más variado en cuanto a nacimientos se refiere: Chicho alumbró al Un, dos, tres, Atari al primer video juego de la historia, Coppola dio a luz a El Padrino y Paloma Rocasolano a Letizia. Curioso, porque tiempo después a Letizia le hicieron una oferta que no pudo rechazar: convertirse en princesa.

A mí me hicieron otra oferta que sí pude rechazar, pero no lo hice. Y nos casamos al son del vals de Nino Rota, brindamos diciendo “Cent’anni” y nos fuimos de viaje de novios a Sicilia. Y mi santo también me trata como una princesa. Mejor, incluso: puedo interrumpirle en público sin que a Peñafiel le de una apoplejía y criticar a mis cuñadas (presuntamente) sin que ocurra una catástrofe nacional. Tampoco tengo que sufrir porque me hagan fotos en bikini, que a ver quién va a querer testimonio gráfico de mi celulitis adiposa. Y los 40, esa edad meridiana, los celebré con una fiesta de cogorza y descogurcie; así salieron las fotos, tan movidas que parecían hechas por Chiquito de la Calzada, no como las de Cristina García Rodero, tan monas, tan finas que no sé si están anunciando una nueva telenovela o un catálogo de muebles de jardín. Paradójicamente García Rodero, autora de las fantásticas fotografías de “La España oculta”, no nos ha revelado nada nuevo en este último trabajo. No sería esa su labor, claro, pero no distingo esas imágenes de cualquier reportaje del ¡HOLA!: sólo falta Julio Iglesias apoyado en una palmera con el bufandín rojo en la cintura para completar el cuadro.

Me hubiera gustado ver a la princesa desmelenándose en el concierto de The Killers (sí, estuvo allí), bebiendo cerveza a morro y pegado botes, pero siempre nos la sacan como si estuviera en una actuación de Pablo Alborán. Letizia se ha ido limando tanto por dentro y por fuera que ha conseguido un perfil de Blancanieves esculpido por un cirujano plástico, la versión moderna y no criogenizada de Walt Disney, y no se ha dado cuenta de que los claroscuros siempre son más atractivos, la madrastra es más interesante que Blancanieves, El Padrino mejor que Princesa por sorpresa. Por eso prefiero los consejos de Don Vito a los de Julie Andrews, porque El Padrino sí que es un manual de autoayuda, ya saben: mantengan cerca a sus amigos, pero aún más cerca a sus enemigos. Bacio la mano.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Tiempos modernos


PUBLICADO EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2012 EN LA VERDAD

Estoy mayor. Mona, pero mayor. Tan mayor que he empezado a tomar Activia, y tengo ya una flora intestinal que ni el Amazonas. Tan mayor que cuando leo el cartel de un festival popero, de cada cinco grupos no conozco a seis. Tan mayor que he dejado de ser la más joven en las reuniones de trabajo. Tan mayor que los nombres de mi adolescencia han empezado a desaparecer; los últimos, Bernardo Bonezzi y el Maestro Reverendo. Si el fin del verano siempre es triste, éste lo está siendo un poco más.

Durante estos días, al leer en las crónicas las palabras mágicas (movida, Madrid, años 80) he vuelto a una época en la que tomaba yogures sólo porque me gustaban, en la que era una cría de provincias que miraba con ojos envidiosos todo lo que ocurría en la capital mientras grababa casettes de Radio 3; una época en la que encontrar un ejemplar de “La Luna de Madrid” en Cartagena era un milagro y en la que mi hija se iba a llamar Ouka Lele (afortunadamente tuve un niño). Desde la distancia veía y escuchaba todo lo que se podía ver y escuchar en aquel mundo preYouTube, porque nunca fui a Madrid en aquellos años ni pisé el Rock-Ola. Ni siquiera fui parte de la movida cartagenera: la cría de colegio de monjas tenía que estar en casa a las diez. Pero es curioso: las palabras mágicas me han hecho sentir un pinchazo de nostalgia por algo que no viví en primera persona.

En cambio ahora, que soy tan poco moderna que Rosa Benito a mi lado es la nueva Paloma Chamorro y que me quedan dos Telediarios para ampliar mi proceso de yogurización con los Densia y los Savia, soy parte (y sin querer) de otra movida más fea, más triste, más grande, que nos está aniquilado los ánimos, las ganas y la ilusión. En esta movida no hay música, sólo hay un ruido de fondo que no nos deja oír ni nuestros propios pensamientos. Y es tal el movidón que no sé si irme a Groenlandia o sacar el güisqui, cheli, y beberme la botella de un trago. Pero como son los tiempos modernos que nos toca vivir, resistiré erguida frente a todo, y me volveré de hierro para endurecer la piel. ¡Ay!, ¿ven como estoy mayor? ¡Si acabo la columna con el Dúo Dinámico!

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La nueva religión


PUBLICADO EL 4 DE SEPTIEMBRE DE 2012 EN LA VERDAD

Las bicicletas son para el verano. Y como el verano se acabó, las bicis regresan a los cuarteles de invierno, junto con las gafas de bucear y las esterillas. Ah, ¿que usted la utiliza todo el año? Me quito el sombrero, porque como yo en bici tengo la misma estabilidad que Belén Esteban con tacones, me da miedo cogerla en la ciudad, así que me he pasado el verano recorriendo los caminicos del Mar Menor, esos en los que nos desollábamos las rodillas de pequeños y que ahora son Itinerarios Ecoturísticos, oiga, que hasta han puesto carteles con los nombres de las plantas en latín para que te puedas cagar con propiedad en los matojos que te arañan las pantorrillas.

Servidora ha sustituido las mañanas en las que sudaba entre las sábanas un pedal de campeonato por mañanas en las que sudo dándole al pedal. Me he convertido a la verdadera y única religión, la que me permitirá entrar en el Reino de los Cielos de los Vaqueros Pitillo, porque el Señor (¿en su infinita sabiduría?) me ha bendecido con unas caderas de mesonera que no me caben ni en el pijama de Falete. Lo cierto es que lo que me pide el cuerpo es ir en bici como el Piraña, comiéndome un bombón, pero visualizo a Isabel Preysler y me echo un trago de agua.

En mi peregrinaje hacia la talla 38 me cruzo con otros hermanos en la fe: los tanoréxicos sin camiseta, más morenos que Ana Mato, los colesterólicos, que creen ciegamente en que si desayunan Danacol y corren media hora cada tres días se obra el milagro de desatascar las arterias, los decathloneros, que van tan equipados que piensas que te has cruzado con Valverde, o los que son víctima de un arrebato y cogen una BH a la que le han subido el sillín. Pero mi fe es tan frágil que sólo dura lo que dura el buen tiempo. “Tú sigue este invierno, que ya verás qué bien te sientes cuando empieces a segregar endorfinas”, me dice R., maratoniano converso. ¿Endorfinas? Lo único que segrego últimamente es bilis. Pero le voy a hacer caso a R. y voy a pegarme una maratón: una de todos los capítulos de “Mad Men” que he dejado grabando este verano. Y espero que eso me haga más llevadera la vuelta, que con el panorama que se presenta dan ganas de coger la bici y salir corriendo.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Pereza

PUBLICADO EN DETELE.ES EL 28 DE AGOSTO DE 2012

Me da pereza ver la tele en verano. Mucha. Perezón total. ¿Pueden competir el Programa de Verano (¡y sin Máxim Huerta!) con la playa que tengo al lado y que me llama a gritos? ¿Dejo de ir a darme un paseo tempranito en bici para ver Espejo Público con Sandra Daviú (esperando estoy que alguien la llame Patricia) y el intenso de Roberto Leal? ¿Paso de salir a cenar por ver Los Kennedy y los pelucones de Katie Holmes?
Si hasta me quedo traspuesta con el Sálvame, y eso que hacen todo lo posible por mantenerme despierta, con el distanciamiento más que físico entre Rosa Benito y Amador (Tú a Chipiona y yo a Madrid) y la enésima separación de Belén Esteban....