domingo, 21 de marzo de 2010

Pititismo

Me encantan las reuniones excepcionales, llenas de elegancia y solidaridad, y que además son noches inolvidables. Entenderán que esto no lo digo yo, lo dice ¡HOLA!, entre otras cosas porque mis reuniones sólo son solidarias con las empresas vitivinícolas de la región y, en consecuencia, son absolutamente olvidables (pruebe a tomarse varias botella de Jumilla y a recordar algo al día siguiente). Esta vez la reunión excepcional es en el Museo Thyssen y su objetivo es recaudar fondos para Haití. Paradoja: lo que para unos es un desastre, para otras es la oportunidad de estrenar lifting.

Me miran las pititas de las fotos con su ácido hialurónico recién infiltrado. Yo veo sus caras deconstruidas como la tortilla de Adriá y ellas ven la mía, también de tortilla pero del bar Paco. Y me pregunto si no va siendo hora de que me apunte a la nueva cocina.

¿Ven? El pititismo lo invade todo. En mi propia pandi, que a este paso dentro de poco va a ser cuchipandi, ya hemos comenzado a hablar del tema: que si los surcos nasogenianos, que si una rinoplastia, que si una blefaroplastia... (como verán, manejamos un vocabulario que ni el doctor Planas). Estamos siendo contagiadas por el pititismo, una pandemia que se propaga a través de las portadas del ¡HOLA! a una velocidad de vértigo, que afecta mayoritariamente a las mujeres a partir de los 40 y que tendrá su punto álgido de contagio cuando comience la operación bikini. Y la OMS sin enterarse. Nadie está a salvo, ni siquiera usted, que se compró 30 botes de gel desinfectante para la casa y 20 tamaño bolso para que no se le pegara la gripe A, que piensa que no le va a afectar esa enfermedad, que va a cumplir los sesenta sin contagiarse porque se siente muy a gusto consigo misma y defiende la naturalidad a ultranza. Pero ¿usted no se depila, no se tiñe, no se ha arreglado los dientes? Pues tenga cuidado, mi querida amiga. No, no le estoy recomendando que se deje bigote para disimular el código de barras del labio superior, simplemente le alerto ante la facilidad de propagación de esta enfermedad. Puede estar incubando un pititismo si, además de pensar en hacerse un retoquito:

- comienza a decir frases de tipo "estoy enamorada de la vida", "una de mis aspiraciones es seguir aprendiendo como madre", "soy femenina, no feminista"

- quiere convertirse en diseñadora de joyas de la noche a la mañana

- tiene en su mesilla de noche "100 personajes que hunden España" de Curri Valenzuela, a saber: Zapatero, Almodóvar, Jorge Javier Vázquez, Pilar Bardem... (pero ¡sorpresa! también aparecen Horatio Caine ¡y House en la reedición! - lo de la reedición es otra sorpresa-)

- considera que tener una mucama inmigrante es involucrarse en labores humanitarias

- le pone José María Aznar y le ve un puntito a Jiménez Losantos

- baila sevillanas

- le ha encargado un traje a Vicky Martín Berrocal para bailar sevillanas

- cree que Enrique Ponce y Paloma Cuevas son la pareja más elegante de España

¿Presenta ya alguno de estos síntomas? Pues tenga cuidad, la enfermedad acecha; empiece con los antibióticos de amplio espectro. Aunque a lo mejor siempre ha querido usted ser pitita. Si es ese su caso, ya saben: "Una es más auténtica cuanto más se parece a lo que soñó de sí misma". Y, por favor, si se convierte en pitita hágase de la variedad "me lo paso todo por la peineta porque tengo pasta y edad para hacerlo", como Lomana, la duquesa de Alba, Naty Abascal o Carmen Martínez Bordiú, que han superado la barrera del ridículo. Lo único que les pido es que no intenten convencerme de que están así de estupendas porque duermen ocho horas y beben mucha agua. Y no olviden que entre el pititismo y el patetismo sólo hay una línea. De expresión.

13 comentarios:

smart dijo...

Yo también estoy pensando en pasar por el quirófano, no por pitita (aun soy jóven,ya sabe)pero sí por patética ya que así me siento cada x meses cuando mis anginas dan por saco.
Con fiebre, anginas y de baja en el sofá me he echado unas risas con el post.
pd: parezco una abuela dando las gracias a AR por hacerle llevaderas sus mañanas.

Rosa Palo dijo...

Nunca me habían comparado con AR, una de mis pitis favoritis! Gracias, Smart. Y mejórate, que tienes que venir esta semana.

Cayetana Altovoltaje dijo...

¡Uy! Yo me lo haría todo: blefaroplastia, rinoplastia, muslos fuera, quitarme costillas... todo me lo haría. SI no fuera una cagada para todo lo que tenga que ver con sangre, operaciones y médicos en general.
Pititismo forever.

Rosa Palo dijo...

Y yo, doña Cayetana, y yo. Es más, lo que me da miedo es que seguro que empiezo por un poco de ácido hialurónico en los nasogenianos y acabo cambiándome hasta los dedos de los pies, porque yo me engancho fijo.

Hong Kong Blues dijo...

Maravillosa, Palo (uy, no sé dónde irá la "coma" mejor...).
Genial. Me lo he pasado teta, tía. ¡Uy! ¿¡A ver si se me ha pegado algo de Paloma Segrelles!?
No, no se preocupe, que a mí me va infinitamente más el Lomanismo.
No es que no me solidarice con Haití, que me solidarizo (y sabe usted lo que yo valoro una ONG) pero es que yo me veo más regalando modelitos a los pobres del barrio (cosa que ya hago, como Lomana con sus travestis). En realidad es un intercambio: Yo les doy lo que no uso, y compro de segunda mano lo que ellos no valoran. Y todos tan contentos.

Finalizo con la frase de una de mis Musas, que viene al caso:
"yo quiero dejar de ser tan Pitita y ser más Zorrona".
Como verá, la pongo aquí porque en otros sitios no luciría tan bien.
La adoro.

Rosa Palo dijo...

Mi querido Mr. Kong, yo soy súper fan de las cejas de Paloma Segrelles, con ese rollo ochentero a lo Brooke Shields (se han vuelto a poner de moda y no ha tenido que recurrir a implantes cejiles como otras famosísimas). Y su Charity Style me parece una gran idea, aunque yo soy tan mala persona que no regalo nada por si se vuelve a llevar (a las cejas de Paloma me remito)

Por lo que respecta a su Musa, es perfectamente compatible ser Pitita y Zorrona, a veces son incluso sinónimos, aunque no seré yo la que de los nombres. Y eso de que en otros sitios no luciría tan bien... lo que ocurren es que LE CERRARÍAN EL BLOG, que ya me conozco el percal.

Le idolatro y le pongo velas por las noches para que se convierta en un escritor de bien.

Carmona Dixit dijo...

Me temo que las recepciones en casa del embajador ya no son lo que eran... Aaaah aquellos tiempos, cuando podías hacerte colega de Ambrosio y hasta lograr convencerle para inyectar absenta en los Ferrero Rocher. Después de aquel simpático incidente cambiaron a la Preysler por Paloma Cuevas, que sí que son, junto a su marido, una de las parejas más elegantes de España. No sé, doña Palo, siempre estoy debatiéndome entre el Thyssen y las Barranquillas.

Rosa Palo dijo...

Mi querida Carmona, es esa dicotomía existencial, ese dividirnos entre Channel y Tex de Carrefour, entre Zalacaín y el Burguer King, entre Metrópolis y Sálvame lo que nos hace grandes. Porque elegir es renunciar. Vayámos a pillar a Las Barranquillas y luego a ver la temporal del Thyssen.

P.D.: entiendo que lo de la elegancia de Paloma y Enrique es una provocación, ¿no? Porque en caso contrario se va usted sola a pillar.

Carmona Dixit dijo...

¡Acabáramos! Se puede venir a pillar conmigo a las Barranquillas con total tranquilidad. Y hasta a Los Mateos.

Rosa Palo dijo...

Carmona, o ve usted mucho "Callejeros" o algún día tendrá que explicarme de qué conoce un barrio cartagenero como Los Mateos. A ver si somos vecinas.

Anónimo dijo...

Paso de la Pititamanía y mas desde que en el pueblo donde nací han instalado el sincrotón.
A partir de ahora también paso del glamouroso urbanismo, me incorporo a la ciencia y nuevas tecnologías.He descubierto, que mis raices son el futuro.
Me haré una coleta, me pondré gafas de monja y a triunfar.
Besos.

Rosa Palo dijo...

RM, en cualquier caso usted se convertirá en lo más moderno que hay en el pititismo: una PITITA HIGH-TECH, con unas gafas de monja reinterpretadas por Tom Ford. Un besico pitítico.

Carmona Dixit dijo...

¡Hostia-pijo-huevoh! Vecinas no, pero casi. Cuánto daño ha hecho Callejeros, por cierto.