lunes, 2 de febrero de 2009

Perder un Goya

¿Saben cómo empezar una gala con emoción y suspense? Coloquen a Carmen Machi ante unas escaleras rojas rojísimas y, sobre todo, largas larguísimas. "¡Ay, que se mata!", me dije yo pa mi misma. Pero no. La Machi bajó las escaleras estupendamente, y en cuanto dejé de verla como protagonista del capítulo "Aída va de boda" (los vestidos de Caprile ayudaban bastante) disfruté de lo lindo. Que sí, que la Sardá será más elegante, pero la Machi es mucha Machi.

Y si a un comienzo con suspense le añadimos un toque sexy, pues ya tenemos un buen inicio de gala. Puntualización: con el toque sexy no me refiero a los besos que se dio la Machi con Coronado y con Santi Millán, sino al beso que le dio Millán a Coronado, claro.

Disfruté menos del Albacete Power. Sé que los chicos de "Muchachada Nui" son súper súper modelnos, pero yo más que súper soy trouper y cada día me hacen menos gracia. Lo mejor, Joaquín Reyes como El Hombre Elástico. Y Corbacho con ese traje inenarrable de Custo ("con estampado de fondo de piscina") pero con mucho arte.

Las escaleras dieron mucho de sí, porque mucha gala y mucho vestidón pero andar con zapatos imposibles y vestido de cola sin dejarse la piel en el pellejo, que dijo la otra, está al alcance de unas pocas. Paz Vega con sus 4 meses de embarazo liados en un Hannibal Laguna y unos tacones más finos que las cejas de Gloria Swanson volvió a crear otro momento de enorme suspense (por cierto, viendo los vestidos que hace Laguna en los últimos años cuesta creer que fuera el modista de cabecera de Norma Duval. Lo que ha aprendido este chico).

Y una alegría autonómico-cultural, que buena falta nos hacen: el Goya a Roque Baños por la banda sonora de "Los crímenes de Oxford". Es el tercer Goya que obtiene el jumillano, que hizo promoción de su tierra y de su vino en el discurso de agradecimiento.

Goya de Honor a Jesús Franco, que para mí ha sido siempre Jess Franco, pero vale. Si llegan a esperar un poco más en lugar salir en silla de ruedas sale en ataúd. Eso sí, seguro que en un acto de auto homenaje se hubiera levantado y le hubiera chupado la sangre a todas las actrices presentes. Jesús Franco es todo un personaje que ha vivido como ha rodado: un amigo compartió piso con él en Benidorm y da fe de ello (si saben de qué van sus pelis ya se imaginan por dónde van los tiros).

Premios en el sector Hollywood: si hay que ir se va, pero ir pa ná... pues eso fue lo que pensaron los académicos, así que premiaron tanto a Penélope como a Benicio del Toro. Penélope recogió el Goya con emoción contenida y Benicio con un aire de "Amparo, me he fumao un porro", pero se le perdona todo. La Verdú (la incluyo en el sector Hollywood porque acaba de rodar con Coppola), premio a la más expresiva: video de comunicación telefónica entre ella y la Machi ("ahora voy, que acabo de terminar la función", "vente en chándal, que aquí vamos todos de trapillo", le dijo la Machi), susto cuando Manuela Velasco salió al estilo "Rec" con zombis incluidos, manitas con su esposo y lágrimas tras ver a las gentes del cine desaparecidas este año.

Y lo más alucinante de la noche: nominan al Langui, minusválido físico, en las categorías de Mejor Canción Original y Mejor Actor Revelación. El hombre gana en las dos ¡y no hay rampa para subir al escenario! Posteriormente el portavoz de la Academia ha manifestado que le ofrecieron al Langui la posibilidad de instalar una rampa pero que él la rechazó. A saber. Lo cierto es que la peli del Langui ("El truco del manco") hizo pleno (tres premios de tres nominaciones) con su director, Santiago Zannou, emocionadísimo y con el padre del director aún más emocionado ("un hombre que llegó solo y sigue solo" dijo Zannou; no sé si se habrá peleado con la parienta), porque cada vez que le enfocaban las cámaras se ponía de pie y saludaba al respetable.

El mismo misterio que rodea a la rampa también atañe al caso del Goya roto: ¿se rompió de verdad o fue un gag? Más misterios para Jessica Fletcher.

Y lo demás, ya lo saben: premios para "Camino" de Javier Fesser (5 de 6, si no me equivoco), decepción para "Los girasoles ciegos" y "Sólo quiero caminar" (1 premio cada una) y tres para "Los crímenes de Oxford".

Post Goya: al hijo de Jordi Solé Tura, Ganador del Goya al Mejor Documental por "Bucarest. La memoria perdida" (título premonitorio donde los haya) se le perdió el Goya en la fiesta que organizó el equipo de "Los crímenes de Oxford" tras la gala. Mira que es mala suerte ganar un Goya para luego perderlo; para eso mejor lo pierdes de entrada. Albert Solé lo dejó en el guardarropa y cuando fue a retirarlo "la chica del ropero le había dado la escultura a un chico con gafas". A mí que me registren. ¿Para qué quiero un Goya si ya tengo un Oscar?

Post Post: añado un nuevo link en la barra de la izquierda, el del blog de Antonio A. Martínez, director de cine que está preparando su próximo corto, "Cancerbero". Antonio nos ha prometido información detallada sobre el rodaje. Por cierto, Carmona, también es fan de "Carnivàle"

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdí un tren y la oportunidad de ver la gala. Pero la leo a usté y me basta para enterarme del percal.

"... ("un hombre que llegó solo y sigue solo" dijo Zannou; no sé si se habrá peleado con la parienta), porque cada vez que le enfocaban las cámaras se ponía de pie y saludaba al respetable". Jajaja.

Los amigos de mi Carnivàle son mis amigos.

Anónimo dijo...

Maestra Palo: casi me hago unas cataratas del Niágara encima con los comentarios de los tacones a lo Ceja-Swanson y el homenaje a Jess-Still-alive. Buenísimo!

A ver cuándo nos premian algo a nosotros y salimos así, de alfombra roja, y dándonos picos con el personal.

Besos, maestra!

Rosa Palo dijo...

Esto es curiosísimo: convencida de que el tema daba mucho de sí (vestuario, chistes, pelis, críticas...) me curro un post como Dios manda sobre los Goya y casi nadie me deja comentarios, excepto ustedes dos que son más bonitos que un San Luis, que diría Tip. No sé si es que la gente está esperando el post-cumpleaños de Sacha.

Gracias por venir. Y los picos nos los damos entre nosostros si hace falta.

Anónimo dijo...

Doña Rosa

Tengo un problema. No consigo que me caigan bien ninguno de los participantes en los Goya. No consigo que me guste el cine español, ni le encuentro glamour por ninguna parte. Y eso que esta vez se dejaron el look vaquero roto (hay que ser hortera para creerse James Dean en "rebelde sin causa" cuando uno vive de subvenciones) y el alquiler de esmóquines en Madrid estaba agotado, doy fe; que yo intenté alquilar uno para irme a cenar al Mcdonalds y no quedaban.

Y sigo: estoy hartito de películas de la guerra civil, de maniqueísmo de buenos y malos entre gente que no estuvo allí (yo sí), de progres que van a manifas contra Israel y contra los yanquis pero que en cuanto pueden se largan a Hollywood (los capitales ya se los llevaron antes, ¿o era a Suiza?), de jueces estrella contra todos los malos malotes de la historia del mundo (tiembla Mio Cid), de lo pérfido que es el Opus, ...y de Pilar Bardem.
No sé, ¿es grave?
By the way.... ¿de donde viene la crisis del cine español?. Sinceramente me gustaría oir su opinión.
Suyo Afectísimo, besa su mano, etc...

PELLICER dijo...

Querida Sra. Palo:

Presento el mismo cuadro de síntomas que el vigilante pato. No puedo con el cine español actual. No encuentro nada distinto a niños de papá carentes de talento y productores chupapoltronas obteniendo de las subvenciones públicas aquello que ni en sus más enloquecidos sueños obtendrían de la taquilla.

Yo me alegro mucho de la pérdida del Goya. Yo los perdería todos. Tan inquebrantable es mi posición sobre este asunto que ofrezco el jardín de mi palacete como lugar apropiado para enterrarlos.

Más tarde, plantaremos usted y yo, sobre tan sobrio mausoleo, bancales de petunias y gladiolos.

Rosa Palo dijo...

Mis queridos Pato que me vigila (Dios mío, como si fuera consejera de la Comunidad de Madrid!) y Sr. Pellicer:

El tema da mucho de sí. Pero antes, una pregunta fundamental: ¿han visto últimamente alguna película española o las meten todas en el mismo saco?

PELLICER dijo...

Sr. Palo:

Vale, está bien, hay excepciones: Los Girasoles Ciegos y Camino se dejan ver, sí, acepto pulpo como animal de compañía....pero la industria del cine en Hezpaña, si es que eso existe, la industria, no Hezpaña, es un tránsito por la oscuridad y el rechinar de dientes, un valle de lágrimas.

Así que no me desdigo y no quito ni un niño de papá ni un chupapoltronas.

Anónimo dijo...

Sra.Palo
La duda ofende. Soy un cinéfilo convicto. Y me confieso almodovariano. Pero insisto en lo dicho.
Defínase que me tiene en ascuas...
Besitos.

Anónimo dijo...

Sra. Palo
No me responde, y su silencio llena mis días sin dejar espacio a la felicidad. Usted calla y me atormenta como en un sueño de Úrculo, como en dibujo de Manara. ¿Es posible tanta crueldad?...
Suyo, beso a usted el pie izquierdo etc...

Anónimo dijo...

Sr. Pato:
Como no tengo el gusto de conocerle (creo) no sé si es usted un cinéfilo empedernido del club de los que veían "El hombre tranquilo" de John Ford y transcribían los diálogos cuando todavía no existían los DVD o es del sector que define a los actores españoles como los tirititeros de la checa (sin comentarios). Discúlpeme en cualquier caso.

Desde luego no sé dónde se encuentra el problema del cine español y sí, estoy de acuerdo con el Sr. Pellicer, rodar aquí es un valle de lágrimas (por lo que conozco). Pero estoy deseando ver las nuevas películas de los valientes que cruzan el valle, como Isabel Coixet, Sánchez Arévalo, Amenábar o Almodóvar (yo también soy almodovariana convicta y confesa). Y también tengo ganas de ver el nuevo corto de Antonio Marrtínez, del que pueden seguir su producción en el link "cancerbero" situado a la izquierda de este blog.

Por lo que respecta a la gala de los Goya ¿qué espera de una tipa que hoy se ha comprado el ¡HOLA! para ver cómo la Pantoja deja a Julián Muñoz con una portada? Soy carne de Festival.

Anónimo dijo...

Querida Sra. Palo
Por supuesto que me conoce. Aunque sí, creo que los actores y directores españoles son básicamente los titiriteros de la checa, no lo hubiera expresado mejor. Al menos define bien lo que Pellicer había llamado chupapoltronas y yo llamo pesebristas.
Como Almodovariano, soy también quentintarantiniano, alfredhichcoquiano y más cosas adivinables, pero es que creo que Almodóvar conecta con el gran cine de otras épocas, lo continúa y en algunos casos, lo supera.
Desgraciadamente, no se puede decir lo mismo del resto.
Son muy fácilmente distinguibles los que no se comerían un rosco sin subvenciones, de aquellos que aún sin grandes aldabas se pueden por méritos propios hacer un hueco en la historia del cine.
Vaya esto contra un 99 % de los directores y guionistas, y contra un 80 % de los actores. ¿Existe ese 1 % y ese 20 %? Sí, existe. Pero la gala de los goya está montada para esa mayoría que algunos, como el menda, detestamos.
Termino por lo que importa... por supuesto que me conoce. ¿Quién si no luciría esta elegancia sin par que me caracteriza y esta prestancia más que un viejo deudor suyo perdido tiempo ha por quién sabe qué oscuros páramos?
Afectísimo, Beso su pie derecho, etc....

Anónimo dijo...

Ay, perdón... debo envainar. He dicho: "Aunque sí, creo que los actores y directores españoles son básicamente los titiriteros de la checa, no lo hubiera expresado mejor"
Esto debo desmentirlo. No todos, solo algunos, pero eso...la inmensa mayoría.
Merci...

PELLICER dijo...

Sra. Palo, Sr. Pato Respondón:

"Titiriteros de la checa" o "propagandistas del neoliberalismo", añado yo. Es lo mismo.

Ese 99% y ese 80% que con tanta precisión apunta el Sr. Cuac-Cuac, están condenados, por razones ineludibles de supervivencia física, a tales indignidades con el poder de turno.

Y la clave está, insisto, en que no existe una industria real de las artes audiovisuales en este país.

No hay formación válida, no hay productoras con proyectos empresariales viables, no hay un objetivo comercial bien estudiado.

Porque esto del cine, mal que pese, es antes una industria que un arte. Sin dinero no hay nada que hacer. Hasta a Eisenstein le tenían cogido por ese lado y eso que su productora era el Partido Comunista de la Unión Soviética.

La industria del cine siempre me ha recordado algo a la del automóvil: la mayoría de la producción son utilitarios, y son imprescindibles para el negocio. De vez en cuando aparece un Pininfarina o un Bertonne y consigue una escultura rodante. Y esto es magnífico, pero lo que mantiene a la industria son los Panda y los Toledo, no los Maseratti o los Ferrari.

El cine británico, por ejemplo, es una marca asociada al trabajo bien hecho. A la calidad. De vez en cuando surge un Rolls, pero lo que mantiene la marca británica son esas magníficas series de la BBC o de Granada TV. O las pequeñas producciones rodadas con equipos reducidos pero de primera fila. Los utilitarios.

La marca "cine español" tiene una imagen detestable entre su público y nada se hace para cambiarla. El supuesto papel que debían desempeñar las televisiones como copartícipes en producciones con derecho de estreno en antena ha terminado por ser una bufonada de primera magnitud por que la audiencia no respondía.

Almodóvar, por ejemplo, ha sido muy listo. Decimos "cine de Almodóvar". Él tiene su propia marca desligada, en la medida que puede, que es mucha, del concepto cine español. Él sabe lo importante que es no estar asociado a una imagen que produce rechazo en los consumidores.

Si el grupo de niños de papá sigue empeñado en hacer Ciudadano Kane de cada ópera prima esto no tiene remedio.

Señores, necesitamos utilitarios de primera calidad y, de vez cuando, verán ustedes como les sale un Potemkin (aunque sea sin querer)