PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES 12 DE MAYO DE 2015
Dice Cristina Cifuentes que ella se hace la
cola desde que la nombraron delegada del Gobierno porque, como tenía muchas
reuniones con policías y guardias civiles, necesitaba un peinado austero. Lo
que necesitan los políticos es una vida austera, no un peinado. Pero por algo
se empieza.
Cifuentes
lleva la cola repelá, como si le hubiera lamido una vaca. La cola repelá proporciona
empaque a las rubias de pelo largo, que no estaría bien visto que Cifuentes diera
órdenes a la Benemérita con golpes de melena a lo Carmina Ordóñez. Aguirre, en
cambio, lleva sin complejos su pelo liberal y pizpireto, que la lideresa es
capaz de mandar a tomar viento a María santísima mientras intenta someter a un
flequillo tan indómito como ella. Pero algo tienen las dos rubias en común: ambas
se han hecho una blefaroplastia para operarse los párpados; Aguirre los de
arriba y Cifuentes los de abajo. Que no digan que el PP no está abriendo los
ojos.
Cifuentes
se disputa con Pablo Iglesias la coleta como seña de identidad, y va a repartir
coleteros azul PP durante la campaña. Pero Cifuentes ha olvidado que Carrie
Bradshaw aseguraba en “Sexo en Nueva York” que sólo las no neoyorquinas llevan coletero.
Es seña de identidad, sí, pero de pueblerina. Y Aguirre se lo recuerda, que
ella no pierde comba: "Lo del coletero es una
chorrada".
Hillary Clinton no lleva
coleta, pero se ha aclarado el pelo para presentarse a las elecciones. El pelo y la piel:
lifting integral, bótox, grasa en los pómulos y blefaroplastia (sí, también). Porque
Hillary, aunque tenga la misma edad que Reagan cuando asumió la presidencia, es
vieja para la política. Y ahí está la diferencia: las mujeres tienen que
rajarse enteras para acceder al poder, mientras que los hombres pueden
alcanzarlo manteniendo sus arrugas, sus calvicies y sus barrigas indecentes. Como
mucho se operan después, cuando llega el abandono de la política activa y de sus
santas esposas.
La
única que se ha oscurecido el tono del cabello ha sido la reina Letizia. Es la
seguridad que te da saber que ya no tienes que perseguir el poder porque estás
en él. Y, por la misma razón, se ha cortado la melena. Escribe Boris Izaguirre
que “Cuando una mujer se corta el
pelo es porque algo serio acaba de pasar en su interior”. Yo creo que cuando
una mujer se corta el pelo es porque ya no puede manejárselo.
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