PUBLICADO EN EL "ESPECIAL ELECCIONES" DE LA VERDAD EL 17 DE MAYO DE 2015
Cada vez que un político dice “poner en
valor”, muere un gatito. Y cada vez que sueltan “empoderar”, “hoja de ruta” o “gobernanza”,
mueren colonias gatunas enteras. Definitivamente, los políticos no son
catfriendly, que llevan varios cadáveres de mininos a sus espaldas.
Pero durante esta campaña han
abandonado la jerga habitual para poner sus lenguazas en palabras que, suponen,
queremos oír: no hay programa electoral que no hable de “honradez, eficacia y
transparencia”, la Santísima Trinidad de estas elecciones. Y no hay candidato
que no se describa a sí mismo como una persona normal, que los “seres humanos
normales” de Rajoy son el nuevo “personas humanas” de Rosa Benito, la reina del
pleonasmo.
Todos los candidatos quieren convencernos de
que son ciudadanos de a pie: los de siempre son políticos disfrazados de
personas normales, y los nuevos son personas normales disfrazadas de políticos.
Unos se bajan del coche oficial durante la campaña y rompen el cordón sanitario
que los separa de los electores para demostrar que son uno de los nuestros; otros
hacen suya la narrativa del hombre ordinario en circunstancias extraordinarias,
la del anónimo que salta a la arena política espoleado por su sentido del
deber. Pero tanta normalidad me asusta. Porque los que nos han estafado,
mentido y humillado no eran sociópatas escapados de un centro de reeducación; eran
personas normales. Tan normales como usted y como yo. Y yo no sé si sería capaz
de no apropiarme de lo ajeno, de no olvidar mis promesas electorales, de no
creerme el ombligo del mundo.
Por esta razón, espero con ansiedad la
candidatura de los raros, de los anormales que puedan entender y asumir que los
políticos son servidores públicos. Y mientras eso no suceda, yo voy a votar al
perro de Esperanza Aguirre. Esperanza no es catfriendly ni gayfriendly, pero sí
dogfriendly. Su perro se llama “Pecas”, y la lideresa dice que manda más que
ella. Así que, si hay alguien o algo capaz de hacerla callar, le voto. Aunque
no sea un ser humano normal. Ni siquiera una persona humana.
Pecas tiene mi voto: @SoyPecas
1 comentario:
Qué miedo me da toda esa corriente de gente corriente.
Y cuánto me gusta usted.
No vote a Pecas, que seguro se beneficia su ama (por si las pulgas).
¡BESOS!
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