PUBLICADO EL MARTES 28 DE ENERO DE 2014 EN LA VERDAD
¡Qué desperdicio! Toda la vida rezándole a San
Pedro Chanel para enterarme ahora de que quien tiene verdaderamente mano allí
arriba es Santa Teresa, que lo ha dicho Fernández Díaz. Según el ministro, la
de Ávila es una importante intercesora para España en estos tiempos recios y,
además, “manda mucho”. Y esto es lo que me despista: ¿Santa Teresa manda más
que otros santos? ¿Hay santos de primera y santos de segunda? ¿Cómo sabemos
quién tiene más influencia con el Altísimo? La única solución para no
equivocarse es rezarles a todos, como la Obregón, que implora a media docena de
mártires para encontrar maromo: “San Antonio, que encuentre un novio, San
Andrés, que me sea fiel, San Alejo, que no sea pendejo, San Hilario, que me dé
su salario, San Erasmo, que me lleve al orgasmo, Santa Carlota, que la tenga
grandota, San Matías, que me avíe todos los días”. En lugar de eso, Obregón debería
de rezarle a San Ginés, patrón de los actores, a ver si hacía un milagro con
ella. Pero miren, cada una tiene sus prioridades.
No digo yo que no se pongan nuestros políticos
a rezar el rosario antes de empezar un Consejo de Ministros, que musiten lo de “Virgen
Santa, Virgen pura, haz que apruebe esta asignatura”, o que se lleven una
capillita portátil como los toreros cuando vayan a Bruselas. Allá cada uno, que
yo me pasé siete temporadas oyendo mencionar a Dios en los discursos del
Presidente Bartlet y no me dio alferecía ni nada. Pero Bartlet, a pesar de ser
católico, era capaz de dejar KO a una fundamentalista cristiana y homófoba
soltándole versículos de la Biblia con más rapidez que Tomás Roncero recitando
la alineación del Madrid. Y esa es la diferencia fundamental: no confundir el
ministerio político con el sacerdotal. Que da igual que Rupert sea santero; el
problema es cuando el peluquero se cree un iluminado y pretende convertir a
Naty Abascal en Yemayá poniéndole mal el postizo. Y Naty, que es una diosa con
culto propio, se arranca el postizo de cuajo y se lo tira a la cara. La religión
no se puede mezclar ni con la peluquería ni con la política, que a este paso
van a hacer ministra a Pitita Ridruejo y vamos a acabar todos viendo
apariciones marinas y cardándonos el pelo. Y si no, al tiempo. Que Dios os
bendiga.
NOTA: Aquí, la escena de "El ala oeste" con Bartlet lanzando versículos a diestro y siniestro
2 comentarios:
Me encanta su optimismo: ¿un Rosario antes de un Consejo de Ministros? Alma de Dios, no habrá Consejo alguno.
Una hoguera, un Santo Oficio y alguien que vaya dictando lo que le van "retransmitiendo" desde el cielo al vulgo y... ¡listos!
Vayamos haciendo acopio de grano para el invierno querida.
¡Un fuerte abrazo!
Querido Hong Kong, no me extraña que, en la situación que estamos, nuestros ministros se dediquen a rezar. Yo soy más de Nuestra Señora de los Chaneles, a la que le pido con mucha fe que me deje tan delgadísima como a Karl Lagerfeld. Pero nada, se ve que como soy una pecadora, pasa de mí.
Publicar un comentario