PUBLICADO EN LA VERDAD EL 8 DE ABRIL DE 2014
Pertenezco a ese selecto grupo de tontos que
tiene carnet de conducir pero no conduce. Me gustaría más pertenecer a ese
selecto grupo de listos que no tiene carnet de conducir pero sí chófer, pero
como no tengo perras para pagarlo y mi santo ya me ha dicho que está hasta las
bujías de llevarme y de traerme, “que sólo te falta ponerme gorra de plato y llamarme
Wilson, hija”, voy a tener que dar unas clases de refresco.
Tener carnet y saber conducir no es la misma cosa:
miren a Tamara Falcó, que no gana para guardabarros y tiene el carnet con menos
puntos que España en Eurovisión. O a Esperanza Aguirre, que sí sabe pero que
hace una reinterpretación libre de las normas de circulación, que para eso ella
es un verso suelto, la dueña de Madrid, la más chula de las chulapas. La calle
sería de Fraga, pero el carril bus es de Esperanza. No, eso es lo que pensamos
usted y yo, que somos unos malos, pero no es verdad: Esperanza es una abuela entregada
que se ha comprado un coche de siete plazas para llevar a sus nietos, la pobre,
que la tienen todo el día de acá para allá, que si acompaña a los niños a
esgrima, y ahora a hípica, y después a Baby Dior a renovarse el vestuario, que
hay que ver cómo crecen los condenados y los abriguitos de marta cibelina del
invierno pasado se les han quedado pequeños. “Soy una sexagenaria rodeada por seis
agentes de movilidad”, dice la tía. Una yayoflauta perseguida injustamente por
las fuerzas del orden. Acabáramos.
Lo que yo no sabía que para
ser agente de movilidad en Madrid tienes que pasar un casting: “Espero por lo
menos que fueran apuestos los que la rodearon”, dice Mariló Montero. “Sí, sí, no
estaban mal”, responde Esperanza, para deleite de mariliebers y espeliebers. Mariló
y Espe juntas son como Thelma y Louise; las veo en un descapotable recorriendo
España con el maletero lleno de baúles de Louis Vuitton y la poli pisándoles
los talones, qué risa, tía Felisa, la versión road movie de “Un país en la
mochila”. Y, después, para petarlo del todo, Esperanza podría salir en “Mira
quién baila” marcándose un chotis. Porque en “Mira quién se salta las normas de
tráfico a la torera” ya ha salido. Y ha sido un éxito.
1 comentario:
Siempre pensé que la Esperanza se te presentaba de golpe, y que de golpe también podía desaparecer. Lo que no imaginaba es que en Is-Pain la Esperanza no fuera una Musa ni una Deidad, sino una impresentable casposa y clasista que desprecia al vulgo.
Quizá lo que debería sorprenderme en realidad es mi ingenuidad.
Porque nada más acertado que España en vez de Esperanza tenga Esperpento.
¡La adoro!
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