lunes, 25 de marzo de 2019

EL LIBRO GORDO DE PEDRETE

PUBLICADO EL MARTES 26 DE FEBRERO DE 2019 EN LA VERDAD

Miren que me cuesta a mí escribir estas columnas: sangre, sudor, lágrimas, cinco cigarrillos y dos cafés, para ser exactos. Miren que yo escribo, y repaso, y borro, y vuelvo a borrar; total, para juntar 400 palabras de nada que mañana acabarán envolviendo media docena de huevos. Y para que, encima, me llegue un tío, con ese tumbao que tienen los guapos al caminar, y se plante un libro de más de 300 páginas. El libro gordo de Pedrete. En fin. 

Dice Stefan Zweig en sus memorias (y eso sí que son unas memorias) que “Toda forma de publicidad significa un estorbo en el equilibrio natural del hombre”. Acabáramos: a Sánchez no sólo no le estorba la publicidad, sino que la busca. Desesperadamente. Y sólo desde esa búsqueda, y desde la altura himaláyica de su autoestima, se puede entender que haya perpetrado este libro, más hagiográfico, más vacío y más cursi aún que las memorias que publicó Tita Cervera en "¡Hola!". Las interesantes eran las de su ex Espartaco Santoni: cuenta que, después de una noche de sexo salvaje con Tita, ella se levantó con las hemorroides tan inflamadas que “parecían un ramo de uvas”. O las memorias de Alfredo Landa, que le costaron enemistarse con media profesión y que fueron escritas maravillosamente por Marcos Ordóñez: en ellas describe con todo lujo de detalles cómo Amparo Soler Leal y Alfredo Matas le invitaron a una cama redonda con Maurice Ronet. Eso sí que son líos de cama, y no contar que has cambiado el colchón de la Moncloa.

Tampoco lo es el asunto de Albert Rivera con Malú: una generación que se levantó una mañana desayunándose con el idilio entre Boyer y Preysler, ya no se sorprende de nada. Ni siquiera de que Jesús Calleja y Mercedes Milá presenten las memorias de un presidente del gobierno. Ni de que Sánchez justifique su llamada a "Sálvame" afirmando en el libro que él tiene"amigos varones, profesionales de reconocido prestigio en sus ámbitos, que ven ese programa". El "Yo tengo amigos que ven Sálvame" de Pedro Sánchez es tan tonto como el "Yo tengo amigos de izquierdas" de Carmen Lomana. A estas alturas, lo único que nos dejaría picuetos sería ver a Sánchezsentado un sábado en el "Deluxe". Pero no lo hará. Le da miedo Conchita la poligrafista. Toma, y a mí. 

No hay comentarios: