PUBLICADO EL MARTES 23 DE JUNIO DE 2015 EN LA VERDAD
Decía Terencio que, cuando no
se puede lograr lo que se quiere, lo mejor es cambiar de actitud. Y como recuperar el
poder o mantenerse en él es lo único que quieren nuestros políticos, su actitud
está cambiando: Fernández Vara cuenta en “La
Sexta Noche” que iba por la vida con “pedazos de cochazos” sin darse cuenta
hasta qué punto eso lo alejaba de la gente, que llegar a un pueblecito de
Extremadura en un Audi A8 con un coche de policía delante y otro detrás le
situaba fuera de la realidad. Le faltó decir que, además, en alguna ocasión lo
pillaron a 170 kilómetros por
hora, más rápido que el Neng de Castefa yendo a hacer unos trapis en su buga
tuneao. Lo flipas, neng.
Si Saulo se convirtió al caerse del caballo, Fernández Vara se ha
convertido al caerse del coche oficial. Y, como todos los conversos, ahora es
más papista que el Papa, tanto que recita el rosario del ciudadanismo en cuanto
le dan oportunidad: tolerancia cero contra la corrupción, transparencia total, reducir
los gastos de la administración, solventar las necesidades de la gente,
escuchar al pueblo y viajar en troncomóvil. Pero, en el fondo, la conversión de los
políticos no está sustentada por un deseo real de que cambien las cosas, sino
por el miedo a que los cambien a ellos. Por eso creen que con quitarse la corbata, aparcar los Audis y sustituir
a Julio Iglesias por León Benavente está todo arreglado. Qué pereza. En este
país, al final los cambios siempre acaban siendo lampedusianos, superficiales y
cosméticos, cuando en realidad lo que se necesita es una intervención de
cirugía mayor. Pero a ver quién es la guapa que lo dice, no sea que se me eche
encima la Asociación Española de Cirujanos: sin ir más lejos, la de Perfumería
y Cosmética se alzó en brochas contra el gobierno y amenazó a Rajoy con no venderle
más unidades de tinte “Castaño Supreme” si no dejaban de relacionar de manera
inmediata la cosmética con “algo frívolo, fútil o efímero”. A punto estuvieron
de salir a manifestarse Naty Abascal,
Cary Lapique y Mar Flores, con Preysler a la cabeza coreando las proclamas
escritas por Vargas Llosa a favor del potinguismo: “Más cremas de día y menos
anarquía”, “El rímel de pestañas agranda el ojo y no lo daña” y “El sérum
reafirmante es muy importante”. Poco nos pasa.
2 comentarios:
Lo mismo, en breve, lo vemos en bicicleta recorriendo Extremadura. "El contador de Almendralejo" lo llamarán.
Excelente entrada. Enhorabuena.
www.fromlosttothecine.wordpress.com
Muchas gracias, Daniel ;)
Publicar un comentario