Correos ha
publicado en Facebook que un cartero ha conseguido entregar a su destinatario
una carta con la siguiente dirección: "El
hombre inglés que lleva camisas de colores brillantes y toca la
guitarra. Cortes de Baza. Granada. Spain". El cartero tardó cuatro días en
encontrarlo, pero lo logró finalmente. Y lo tenía difícil, que ya me dirán
ustedes si conocen a algún inglés que viva en España y no vista como un
daltónico esquizofrénico. Viendo la foto del guiri en cuestión, mejor hubiera
sido que la carta hubiera estado dirigida "al inglés que se parece a
Gloria Fuertes". Antes lo habrían localizado.
Pero estas cosas no sólo pasan en España:
en Islandia, un turista mandó una carta con un dibujito en el sobre de un plano
del lugar a donde quería que llegara. "País: Islandia. Ciudad: Búðardalur.
Nombre: Una granja de caballos con una pareja islandesa y danesa con tres niños
y un montón de ovejas". Como si jugara al Pictionary. Me pregunto qué
pondrían en una carta dirigida a mí: "País: España. Ciudad: Cartagena.
Nombre: Una señora que escribe en pijama al lado de la ventana". O
similar. Y seguro que la recibo, que las cartas sin dirección siempre han
llegado: que se lo digan a los Reyes Magos o a Papá Noel, con buzones llenos de
sobres donde sólo pone "Oriente" o "Laponia". La única que
no alcanzó su destino fue la que Miguel Ángel Revilla le mandó a Pedro Sánchez
a la sede del PSOE para invitarle al día de Cantabria en Fitur. A Revilla le
llegó devuelta con el sello "destinatario desconocido". Cierto es
que, en aquel momento, Sánchez vivía en la carretera, como Miguel Ríos, y no
tenía domicilio fijo. "Señor alto y moreno que conduce por España
visitando las casas del pueblo", tendría que haber puesto Revilla en el
sobre, y hubiera llegado seguro. Ahora, en cambio, lo trágico es no tener una
dirección virtual a la que agarrarte. Mi amiga A. buscaba a "brazos
fuertes", al que conoció en un concierto, por tierra, mar y Facebook. Una
berlinesa intentó localizar a través de las redes a un tipo del que se enamoró
en un vuelo. Y en Murcia tuvimos a "la chica del tranvía", una
historia con título de best seller. Las columnas también son cartas sin
dirección. A veces llegan, y a veces no. Pero eso ya no es problema de Correos,
sino del remitente.
3 comentarios:
Querida Señora Palo, no sé si siempre es responsabilidad del remitente que las columnas no lleguen, pero no estoy por llevarle la contraria.
La felicito por este post, pero sobre todo por el anterior, que me ha parecido magnifiquísimo y realisísimo (y aunque ya sé que estos superlativos no existen, yo los propongo para usted).
Un fuerte abrazo.
¡Gloria Fuertes está viva!
Y se mantiene exactamente igual que cuando salía en la tele en "un globo, dos globos, tres globos".
Efectivamente, Gloria Fuertes está viva y escribe poema en inglés, Esti. Y Hong Kong, su comentario (viniendo de un autor que está en capilla) me ha llegado al alma. Gracias!
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