PUBLICADO EN LA VERDAD EL MARTES, 6 DE MAYO DE 2014
Running is the new black. Que lo sepan. Y como
yo soy moderna porque el mundo me ha hecho así, he intentado sumarme a esta
masa de gente enlicrada que corre por la ciudad, que eso es lo last de lo last,
lo más guay y lo más plus. Pero nada, no hay manera. Primero, porque la licra
no es mi tejido. Segundo, porque no soy ni pronadora ni supinadora, que soy
chiripitifláutica. Y, tercero, porque doy cuatro zancadas y me falta el
resuello, el aire, la vida. Voy como un pollo sin cabeza pero con un enfisema
pulmonar. Y miren que lo he intentado: he salido a correr pero, antes de doblar
la esquina, ya estoy arrastrándome. Rendida, agotada, extenuada. Noto las
miradas de superioridad de los runners que pasan por mi lado. Y me hundo en el
más absoluto de los vacíos existenciales.
Eso, hasta ahora. Porque ha nacido el power
walking. Lo que viene siendo el andar de toda la vida, pero más rápido y con el
culo apretao, como si te persiguiera un jumeras en una noche cerrada. El power
walking es el nuevo running. Ya vuelvo a estar en el mundo.
Así que me voy andar. Y paso a formar parte de
ese selecto grupo de madres andariegas que han sido excluidas sin piedad de la
órbita runner: unas caminan en grupo con rebeca de punto, riñonera y gafas de
mariposa; otras se ponen para andar el mismo chándal que se colocan los
domingos para hacer el arroz en el campo; algunas pasean tirando del perro, las
mismas que creyeron en aquella promesa de sus hijos de “no te preocupes mamá,
que nosotros lo sacamos”, y todavía está por llegar el día en que alguno de esos
singuangos se levante temprano para pasear a Rocky. Yo camino sola, con un
outfit rollo Helena Bonham Carter recién levantada después de asistir a una
cata de vodkas, que hay mañanas en las que en vez de una walking power parezco
una walking dead. Pero el caso es andar. Continuar. Seguir. A pesar del
panorama. Y si los runners llegan antes que nosotros, que vayan poniendo unas
birras al fresco: después de este camino tan largo que estamos recorriendo, nos
las merecemos. Aunque, con estos tenis, no sé si voy a alcanzar la meta, que llevo
unos Yumas de cuando el Naranjito. Y así no se puede.
NOTA: Cuando el "power walking" sea disciplina olímpica, allá que iré. Cortesía de @covanechi
No hay comentarios:
Publicar un comentario