PUBLICADO EL MARTES 24 DE DICIEMBRE DE 2013 EN LA VERDAD
Esta noche
es Nochebuena y mañana es Navidad, saca la bota, María, que me voy a
emborrachar. Bueno, saca la bota, los quintos, el vodka y todo lo que tengas,
hija, que me voy a coger una pava que ni te cuento, y ya me ingresaré en la
Betty Ford en enero. Pero voy a pillarme una pava alegre, que me ha dicho mi
jefe que me vaya dejando este postureo de depresión navideña, que ya está bien.
Y no seré yo quien le lleve la contraria a mis superiores, no sea que a la
vuelta de vacaciones me encuentre con que esta columna la está escribiendo el
becario. Así que este año, aunque aborrezco la Navidad por encima de mis
posibilidades, me he propuesto ver el lado bueno de las cosas.
Una de ellas
es que no ceno en casa de la Pantoja: esta noche, el reino de “Cantora” será el
escenario de las guerras isabelinas entre Isabel I e Isabel II, después de que Paquirrín
I haya dicho que el pretendiente al trono, Alberto Isla, es un golfo. Además, si
no voy a la finca también me ahorro escuchar al ínclito cantando “Así soy yo”, un
título muy apropiado, Kiko, porque algo así eres tú, algo así como el fuego de
mi hoguera, que te quemaba en ella porque no puedo resistir esa caída de ojos,
esa presencia en el escenario, ese flow, ese word y ese perfect.
Tampoco
tengo que preparar la cena, que nos invitan en casa de mi prima, fantástica
cocinera, con lo que evito quitar las manchas amarillas de los manteles buenos,
completar la cristalería con vasos de Nocilla y pedirle sillas a los vecinos. Y
no tendré que darme el pisto cocinando unas uvas rellenas de pularda y foie al
aroma de trufa blanca, que ahora con tanto “Top Chef” y “Master Chef”, pones un
plato de michirones y te lo tiran a la cabeza.
Además les
prometo que cantaré villancicos, que no hablaré de política, que apagaré el
móvil para no ponerme negra con los mensajes de felicitación, que no utilizaré
las nueces como arma arrojadiza y que no me hincharé a cenar como si no hubiera
un mañana (porque lo hay, y se llama cocido con pelotas). ¿Ve, jefe? Estoy
dispuesta a hacer lo que sea para que esta noche
sea una noche buena de verdad. Total, es una al año. Ya me desquitaré en
Nochevieja.
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