PUBLICADO EN LA VERDAD EL 9 DE ABRIL DE 2013
Tarde de fotos antiguas. Repaso, miro y
remiro, pero no encuentro fotos comprometedoras, porque ni me he fotografiado
con narcos (que yo sepa) ni he salido en el Interviú, que hasta que no nazca un
diseñador gráfico capaz de photoshopearme las lorzas sin que le de un calambre
en la muñeca, servidora no se despelota.
Lo único comprometedor de las fotos viejas es
la pinta que llevábamos. Nosotras, con hombreras a lo Super Bowl y las cejas
más salvajes que el Mato Grosso; ellos, con cara de hombres a medio hacer. Y
sí, todos lucían un pelucón que pa qué, pero ahora el pelo se les ha caído de
la cabeza y se les ha quedado pegado en la espalda, en una suerte de
autotransplante capilar en la zona equivocada. Sigo mirando y veo sonrisas en
algunas imágenes, poses de interesante en otras, caras jóvenes en todas; veo lo
que éramos y veo lo que somos y me da cosica. Lo mismo me pasa cuando echo un
ojo a las antiguas fotos de Iñaki y Cristina en estos días urdangarines. Porque
ahora no se hagan las listas, hermanas, que todas pensábamos lo buen mozo que
era el muchacho y la suerte que había tenido Cristina, mucha más que Elena,
dónde va a parar, que a Marichalar lo veíamos más como “personal shopper” que
como marido: Marichalar era ideal para acompañarnos de compras a Loewe (sobre
todo porque a mí las dependientas de las tiendas caras me miran con cara de
estreñidas, en cambio a Jaime le hacen un chuminero cuando entra), pero Iñaki
era perfecto para todo lo demás. Y mira tú por dónde ya no están ninguno de los
dos en las fotos, ni tampoco Cristina, ni los niños, que si años atrás se
necesitaba un gran angular para que cupieran todos los miembros de la familia
real, hoy entran en una foto de carnet. Y esta vez la Reina no lo arregla ni
con el Photoshop.
Pero la vida da muchas vueltas, no crean:
fíjense lo malísimamente que lo pasó Isabel II en su famoso “annus horribilis”,
y ahora baja de los cielos convertida en chica Bond. A este paso, al Rey lo
hacen chico Almodóvar, que a surrealistas no nos gana nadie. Iñaki ya lo es; en
su laberinto de pasiones particular va cantando “Urdanga, Urdanga, soy de
Teherán”. O de Qatar, que lo mismo da. Y tan fresco.
2 comentarios:
¡Qué bien retrata la situación!
Yo a usted la veo muy bien, claro que no vi sus imágenes adolescentes.
Voy a ver si elimino algunos archivos y vuelvo :-)
jajajaja la visión foto real en tamaño fotomatón me ha encantado.
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