PUBLICADO EL 27 DE NOVIEMBRE DE 2012 EN LA VERDAD
Hoy no me puedo levantar. El fin de semana me
sentó fatal. Total, me tomé tres cervezas y me he levantado peor que Sue Ellen
el día de Año Nuevo. Madre mía, cómo han cambiado los cuerpos: antes hubiera podido
retar a Mario Vaquerizo a beber quintos a morro, ahora mi colon irritable me
hace pagar el más mínimo exceso. Porque mira que nosotros hemos ido de bares,
bares cutres a los que Chicote no hubiera entrado ni con la Guardia Civil, de
acuerdo, pero bares al fin y al cabo, que somos de la era prebotellón. Salíamos
todos los fines de semana y fiestas de guardar, nos pegábamos un festival por
cuatro duros y nos recuperábamos con un domingo de sofá y manta que duraba de
“Estudio Estadio” a “Estudio Estadio”.
Pero los chicos de la era prebotellón, los que
pensábamos que no había nada como el calor del amor en un bar, nos hemos
convertido en resacosos padres de familia. Ahora sales una noche y al día
siguiente tu hijo, el mismo al que hay que despertar todos los días para ir al
colegio, abre el ojo a las 7 de la mañana y se cuela en tu habitación al grito
de “¡Hazme la leche!”, y tú te levantas dándote con la brenca de la puerta, y
el crío que quiere tostadas, y tú que buscas un ibuprofeno que no aparece, y el
crío que se pone a aporrear la batería que le trajeron los Reyes, y tú que te
acuerdas de la familia de Melchor, de Gaspar, de Baltasar y de todas las
monarquías orientales, y el crío que venga redoble, y tú que sigues buscando el
maldito ibuprofeno y te encuentras con la factura del restaurante, y el crío
que cambia la batería por la guitarra, y tú que te pones a echar cuentas de por
cuánto te ha salido la fiesta entre la canguro, la cena y las copas. Y te pasas
el domingo a base de infusiones de menta poleo, leyendo los dominicales con los
ojos a media asta y deseando que lleguen las diez de la noche para que el crío
se acueste. Y te das cuenta de que te has hecho mayor y ni siquiera sabes cómo
ha pasado. Y juras que no vas a volver a salir nunca más. Hasta la próxima,
claro.