martes, 29 de junio de 2010

Out & out

Siempre me han sorprendido los disgustos que se llevan algunas mujeres cuando se enteran de que alguien es gay. Mi suegra, que ha perdonado a Jesús Vázquez por ser del Ferrol como ella, no digiere lo de Jordi González. "Es que no lo pareciera, ¿eh? Con lo buen chico que fuera. Y lo serio. Y no fuera amanerado ni nada". Por lo visto, mi suegra piensa que Jordi debería presentar "La Noria" en calzoncillo de cuero y plumas (aunque como está Tele 5, yo no lo descartaría). Como el disgusto que se llevó mi madre cuando se enteró de lo de Rock Hudson. ¿En serio mi madre pensaba que tenía alguna posibilidad de levantarle 300.000 pelas a mi padre, escaparse una noche de luna llena, coger un taxi hasta el aeropuerto más cercano (30 Kms.), pillar un vuelo San Javier-Madrid, desde allí otro hasta Los Ángeles, coger otro taxi, llegar a los estudios de la Metro, camelarse al guardia para que la dejara pasar, camelarse al otro guardia de la entrada al set de rodaje, interrumpir el rodaje, encontrarse con Mr. Hudson, pegarle un empujón a Doris Day, plantarle un morreo que lo dejara sin respiración y hacer el viaje de vuelta? Y todo esto sin hablar inglés. O lo que es lo mismo: ¿qué más te da que Hudson o Vázquez (Jesús) sean gays si no tienes ni la más mínima posibilidad de enrollarte con ellos aun siendo heteros?

Deduzco que estas mujeres que tienen que soñar con todo clarito y bien clarito serán partidarias de hacerle a los tíos el test de Kevin Cline en In & Out o el de mi amigo Humberto, aunque sería harto complicado encontrar las preguntas adecuadas, porque los gays tienen que estar hasta la peineta de que los metan a todos en el mismo saco (igual que nos pasa a las mujeres, por cierto). Además, seguro que habría algún falso positivo, porque si un hombre heterosexual contesta correctamente a la pregunta:

¿Cuándo puede llevarse pamela a una boda?


a) Por la mañana

b) Por la mañana y a primeras horas de la tarde (para protegerse del sol)

c) En cualquier momento,

definitivamente será gay a los ojos del mundo aunque el tipo sea un machote. Pero ¿y si la falla un gay? ¿Eres menos gay si no te gusta Lady Gaga, si no adoras a la Lomana, si no lees a Kavafis, si no te gusta Fassbinder, si odias Eurovisión, si no distingues un engaste pavé de otro en chatón? ¿Puedes ser gay y oír "El Larguero"? ¿Todos los hombres -gays- son iguales? Repasemos algunos estereotipos:

- LOS GAYS TIENEN UNA SENSIBILIDAD ESPECIAL: personalmente, creo que la tienen exactamente en el mismo sitio que los heterosexuales. Sí, ahí.

- LOS GAYS SON EL GRUPO SOCIAL CON MAYOR PODER ADQUISITIVO: esto no lo digan muy fuerte delante de los que conozco o no verán otro amanecer.

- LOS GAYS SE PREOCUPAN POR SU ASPECTO FÍSICO: si la chistorra es considerada como alimento macrobiótico, sí.

- LOS GAYS ADORAN A SUS MADRES: como Jaime Ostos Jr., supongo.

O lo que es lo mismo: si usted, lector gay desconocido, no sufre un constante síndrome de Stendhal, es pobre como las ratas, tiene una maravillosa barriga cervecera, no viste como una poligonera arreglá y aborrece a su castradora madre, no se preocupe: puede continuar siendo gay. Incluso puede ser cristiano y homosexual, como le cantaba José Ángel a su madre. Lo cierto es que la única incompatibilidad que encuentro es la de ser gay y trabajar en Intereconomía, pero qué sé yo. Eso sí, hay una pregunta que todos/as contestaremos/as afirmativamente en un supuesto test, seamos lo que seamos: ¿Le pone Hugh Jackman? Perdónenme, pero estoy todavía bajo el impacto visual de X-Men Orígenes: Lobezno. O Wolverine; díganlo en inglés un momento, paladeando el final... verán como se les hace la boca agua. Lo voto como icono LGTB (Le Gusta a Todo Bicho). Hum, ahora que lo pienso... Hugh Jackman no será gay, ¿verdad?

En cualquier caso, hagan un out & out de su casa y salgan a pegarse una juerga el día del Orgullo, que cualquier excusa es buena: en Cartagena este año se celebró por primera vez. Y les aseguro que las ganas de fiesta son algo común a todos los estereotipos, incluido el mío (madre de familia con pretensiones de columnista de periódico de provincias), por lo que angelotes, marineros, monjas, magos y servidora nos lo pasamos de maravilla. Mucho mejor que una procesión, dónde va a parar (por cierto, no hemos hablado del estereotipo del capillitas. Lo dejamos para otra ocasión). Feliz Orgullo.

P.D.: ¡Qué guasa tiene Alberto de Mónaco, que anuncia su boda la semana antes del Orgullo! Luego dicen que si la abuela fuma.

miércoles, 16 de junio de 2010

Explota, explota me, explo...

... explota, explota mi corazón. Y como Raffaella sintió que le iba a explotar, empezó a tomar Danacol para ridurre il colesterolo. Aquí lo anuncia Manolo Escobar, mientras que Jorge Javier le da al Kaiku Benecol. Y mi marido toma Huesitos, que eso sí que va bien para el colesterol: te lo pone a 1.000.

Servidora tiene los niveles de colesterolo estupendamente (los que llevo fatal son los de celulitis), pero si Raffaella me dice que tome Danacol, pues me lo tomo, que yo hago caso a todo lo que dice Raffaella; de hecho, para hacer bien el amor siempre me voy al Sur. Adoro a Raffaella, aunque por mi parte ha sido un amor maduro, ya que he tenido que luchar durante años contra el odio por las rubias que mi madre se ocupó de transmitirme: en el Pleistoceno Raffaella actuó en el Polideportivo de Islas Menores, el Florida Park del Mar Menor, y mi madre, transmutada en crítica musical, dijo que lo único que hacía era "pienna p'rriba, pienna p'bajo, cabeza p'lante, cabeza p'tras. ¡Y encima canta en play back!". También ponía a caldo a María Jiménez ("¡qué basta que es la tía!", decía, y eso que no llegó a ver sus imágenes en el Rocío) y, por supuesto, a Bárbara Rey y a sus fotocopias: a mitad de los 70 fueron a un espectáculo de revista (obligados por unos amigos, claro, porque al lado de mis padres los Alcántara eran el colmo de la progresía social y del libertinaje) donde un imitador de Bárbara Rey, que llevaba un vestido con dos agujeros enseñando el culo, se sentó sinuoso sobre las rodillas de mi padre. Mi madre, en pleno arranque racial, le apagó un More 120 mentolado en el cachete derecho. "¡Ay, señora, que me está quemando mi herramienta de trabajo!", se quejó. Podía haber sido peor: si mi madre se llega a fumar un Partagás a lo Saritísima, entonces sí que le arruina la herramienta de verdad.

Y claro, con una infancia marcada por el odio hacia las rubias (y por un snobismo adolescente que me hacía aborrecer cualquier cosa divertido-comercial), no podía querer a Raffaella. Hasta que hace unos años me acepté como morena y consumidora de hits e hice las paces con las rubias, especialmente con las teñidas: su lucha implacable contra las raíces me enternece. Y ahí Raffaella es lo más de lo más: no sólo es esclava del tinte y de la plancha, sino que es la reivindicación permanente de la sonrisa, la pienna levantá, la lentejuela, el lamé dorado, el verano. Y además es italiana, y eso ya son muchos puntos: Celentano, Mina, Paolo Conte, Carosone... en italiano todo suena mejor. Para colmo estoy leyendo una cosa deliciosa de Enric González titulada "Historias de Roma" y estoy que me hago un capuccino encima. Aunque me pregunto si el hecho de que Raffaella, encarnación bailonga de Italia, tenga las arterias chuchurrías, no será una metáfora de la situación actual del país. ¿Será Berlusconi el colestorolo de tutta l'Italia?

Ahora bien, no confundan mi tendencia adquirida de descuajeringarme la cabeza cuando suena "Rumore" con una pasión natural por todo lo bailongo. No, la discografía de la Carrà es la única que admito como fin de fiesta: ni Georgie Dann, al que mi amiga C. encuentra ¡sumamente atractivo! (evidentemente no voy a dar el nombre de C., porque esto es aún más grave que dar los nombres de las que estuvieron en el famoso book de María de Mora: se puede perdonar ser una putiférica, pero que te ponga Georgie Dann, no), ni reggaeton, ni sevillanas, ni salsa. Eso déjenselo a Lydia y a su baile chuminero.

P.D.: En mi anterior post no comenté un hecho que me llenó de inquietud: al bajar de darle un abrazo al Santo en la Catedral de Santiago de Compostela, me encontré con dos pantallas enormes donde aparecían unas velas virtuales. Debajo ponía: SI QUIERES ENCENDER UNA VELA, ENVÍA MIVELA SANTIAGO01 AL 25000. Y claro, si la modernización de la Iglesia reside en que Jordi González me va a llamar el sábado por la noche regalándome una indulgencia plenaria, apaga (la vela) y vámonos. Me hago protestanta.

lunes, 7 de junio de 2010

HOLA TOUR (o de cómo me encontré a Carmen Lomana en el Parador de León).

"He estado fuera unos días". Es lo que más me gusta responder (pronunciado con s líquida y casi sin mover los labios, al más puro estilo Tamara Falcó) cuando me preguntan aquello de "Hija, ¿dónde te metes?", porque "He estado fuera unos días" puede significar tanto que me he ido a Saint-Tropez como que he pasado 48 horas detenida, y a servidora (ya lo saben) lo que más le gusta es jugar a la ambigüedad.

Pero a ustedes se lo cuento todo: ruta de Paradores por León y Galicia con línea de meta en Santiago para abrazar al santo. No, lo que yo he hecho no se puede considerar "Camino de Santiago", porque lo más parecido a un peregrinaje fueron mis viajes al cuarto de baño debido a que nos empeñamos en hacer una comparativa entre todas las Denominaciones de Origen de los vinos gallegos que, por lo visto, son demasiadas para mí y para mi colon (irritable). Acompañados por el reconocido crítico gastronómico Miguel P., nieto del Marqués de Mombuey (el inventor de las rebajas), su encantadora esposa Mamen A., a la que desde aquí proclamo como sucesora de Pepe Domingo Castaño en el Carrusel si al final Pepe Domingo se va a Tele 5 siguiendo a Paco González, y su no menos encantador hijo, pusimos rumbo a las tierras del norte sin saber las sorpresas que el viaje nos iba a deparar.

Primera noche parada en Olmedo, en la Gran Posada La Mesnada. ¿Y saben lo primero que me encuentro? ¡Páginas del HOLA enmarcadas! Todavía hay gente que está peor que yo de la cabeza, pienso, y atraída como Terelu por los brillos, pego mi nariz al cristal. ¡No puede ser! ¡Pero si son Gonzalo de Borbón y Mercedes Licer! Los Mismísimos se habían casado en la capilla de La Mesnada. Corriendo busqué aquel santo lugar y me arrodillé ante el Cristo que santificó la unión de tamañas personalidades. Oré con el debido recogimiento por el alma de Don Gonzalo (momento que quedó inmortalizado por mi fotógrafo de cabecera), pedí por la salud de la familia Borbón, por su vuelta al trono de Francia y por una aparición de Mercedes Licer en el De Luxe. Pero aún me aguardaba otra sorpresa mayor: adivinen en que habitación dormí esa noche. ¡En la suite nupcial de los Mismísimos! Arrobada e insomne ante tamaño acontecimiento, daba vueltas en la cama mientras me parecía oler un ligero aroma a whisky, prueba evidente de que el espíritu de Don Gonzalo aún vagaba por allí.

Tras el trance místico-legitimista, rumbo a León. Y allí, en el Parador de San Marcos, una nueva aparición: CARMEN LOMANA de cuerpo presente, que diría Kiko Hernández. Oh, Señor, ¿qué he hecho para merecer tanta generosidad? En la recepción del Parador, móvil en mano (creo que contestando a una entrevista), vaqueros ajustados, botas de cuero marrón moteras (se las habrás regalado Pilar Rubio, que es muy del tema), blusa floreada sin mangas, melena al viento y poco maquillaje. Yo, con mi hijo doliente (unas anginas muy oportunas y 39,5º de fiebre), esperando a que nos den habitación, sentadica en un tresillo mientras mi marido desarrollaba una desconocida habilidad como señalero de aviones, porque sólo le faltaban dos bastones luminosos para avisarme de que la Mismísima estaba allí. "Que ya la he visto, que ya la he visto" le indicaba yo en código morse con mi legendaria caída de pestañas.

Carmen hablaba apoyada en una mesa con más años que ella mientras la gente la miraba de lejos y su novio le hacía fotos de recuerdo. Los leoneses, que son muy suyos, la contemplaban como se miran los escaparates de Cartier, sin entrar, hasta que una señora se acercó a ella invadiendo su espacio vital y dijo para sí misma en una suerte de mantra "Sí que es ella, sí que es ella. ¡Qué guapa!". Carmen levantó la vista y la bendijo con una mirada afirmativa que, en el código morse pestañil que sólo hablamos las grandes, quería decir "Sí, señora, soy yo". En ese momento estuve tentada de llevarle a mi hijo para que Carmen le impusiera sus manos cargadas de Cartieres y Pomellatos y lo sanara, porque Carmen parecía una aparición mariana y veraniega, con su melena rubia y su blusa floreada. Pero me dieron la habitación y yo, que como Belén Esteban soy madre antes que nada, subí a mi aposento, dejando atrás a la Mismísima.

No volví a ver a la Lomana, porque yo no soy como Pitita Ridruejo, a la que se le aparece la Virgen en días alternos, y los special guest stars que vimos posteriormente quedaron eclipsados por la Mismísima: el padre de Zapatero, también en el Parador de León (yo no lo vi, se lo toparon Miguel P. y Mamen A.), y Antonio Garrido poteando con su nueva novia en Santiago de Compostela. Pero no había color.

Así que tras estos encuentros inesperados una idea comenzó a rondarme la cabeza: al igual que en Los Ángeles te pasean en autobús enseñándote las mansiones de los actores de Hollywood ¿por qué no hacer una ruta temática, un HOLA TOUR de los Santos Lugares donde podamos visitar los sitios donde nuestros favoritos han pasado sus mejores momentos?: apoyarnos en la mesa de Carmen Lomana, dormir en la alcoba nupcial de D. Gonzalo de Borbón y Mercedes Licer, hacer un crucero en el barco donde iban Marujita Díaz y Parada, acabar con el mini-bar de la habitación del hotel Villa Magna donde Naty Abascal vendía los modelos de Óscar de la Renta o sudar en el gimnasio donde se enfrentaron Ana Obregón y Victoria Beckham. Ni NO-TYPICAL, ni SPAIN IS DIFFERENT ni leches en vinagre: el HOLA TOUR sería un reclamo turístico imbatible. De hecho estoy convencida de que en el Parador de León han puesto sobre la mesa una placa en bronce y letra gótica donde dice: "Aquí se apuntaló Carmen Lomana". Me juego el cuello.

P.D.: En breve encontrarán en esta página la crítica gastronómica de los restaurantes visitados en nuestro HOLA TOUR realizada por Miguel P.